Tema un poco turbio
Nadya Ortiz | Canelones – El País 25/09/2011
@| “Fui una de las tantas que se anotó para el llamado público de encuestadora en el INE. Fue por el mes de marzo. Después de esperar tres meses para ver si habíamos quedado, en el buscador del INE con el número de cédula nos informaban de la primera prueba. Claro que no era para todos ya que al azar algunos la daban y otros quedaban automáticamente exonerados.
El 1° de agosto empezaron las capacitaciones; yo estaba en la primera semana de capacitación del 1° al 5 de agosto, todos los días de 13 a 17 horas con tres pruebas en el medio. La primera era de 10 puntos; me saqué 8, la mejor del grupo. La prueba era sobre unos manuales que supuestamente estaban para levantar en los locales comunales. La prueba fue un miércoles de tarde y los manuales llegaron ese mismo día de mañana.
La segunda prueba era sobre el dispositivo electrónico; fue un viernes y los mismos llegaron para ser usados un jueves, por lo que no podíamos practicar mucho y teníamos que tener una muy buena imaginación ya que era todo oral. El puntaje máximo era 50; saqué 47. La segunda parte de la prueba era escrita y saqué siete en ocho.
A esperar otro mes más, ya que el buscador para ver si había quedado como encuestadora o no, recién se habilitaría el 1° de septiembre. Cuando llegó el día me voy a fijar y ahí estaba finalmente habilitada y super contenta esperando la llamada del jefe zonal que me correspondiera.
Los días comenzaron a pasar y no me llamaban. Entonces llamé para ver qué había pasado y me informaron que iban atrasados en la zona donde resido, pero que si aparecía como habilitada que esperara que me iban a llamar, seguro. Llamé varias veces después ya que nunca llegó la esperada llamada. Cada una de las veces me pedían mis datos para ver mi situación. Finalmente pedí que me comunicaran con el sector encargado, pero no me atendieron; me llamaron por la tarde y la respuesta fue que ordenaron a las personas, no por las pruebas, sino por orden alfabético. Como mi apellido empieza con `O`, no alcanzaron a llamarme.
Les respondo que no puede ser, ya que mi esposo también hizo lo mismo: sacó en la prueba 49/50, que era un excelente puntaje, y su apellido es con `A`, así que no me estaban dando una respuesta correcta pues a él tampoco lo llamaron. Me comunicaron con otra persona que me respondió que llamaban de acuerdo con la disponibilidad horaria y que lo hacían primero a quienes no tenían trabajo. Les expliqué que yo no tengo trabajo y que no me habían llamado. Como se ve, ya no sabían qué hacer conmigo y me pasaron con una tercera persona. Y otra vez a contar toda la historia.
Esta persona me dice que lo que tomaron en cuenta era la escolaridad y le expliqué que estoy en 2° de Facultad en la carrera de Licenciatura en Enfermería y que lo que ellos exigían era solo 3° de Ciclo Básico aprobado. Así que mi perfil era más que bueno para lo que ellos pedían. Luego de esta larga tomadura de pelo, enojada y sin paciencia les pregunté: `¿Se entra por acomodo?` Me responden: `Señora, cómo va a decir eso, acá hay listas con puntajes`. Les pregunté dónde se podían ver esas listas. Y me responden: `No se pueden ver señora, las tenemos nosotros, no están para los censistas`.
Me volvieron a pedir todos los datos y me dijeron que la jefa regional se iba a comunicar conmigo. Sigo esperando la llamada.”
http://www.elpais.com.uy/110925/pecos-595558/ecos/mensajes-/#notacomentarios
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Esto que se relata en un espacio que dedica el diario El País para los lectores, no tengo la mínima duda que fue verdad. Este tipo de situaciones son de lo más normal, de llamar a una oficina pública que dependiendo de quien responda la respuesta será totalmente diferente, pero en el caso particular del INE manda correos sin saber si llegan a destino y corren los plazos cuando la comunicación no llegó, uno manda mails respondiendo cuando llegan y no tiene respuesta, pero además tienen exigencias a las empresas que uno se está dando cuenta que lo que pueden obtener de allí es basura y siguen así. En los últimos años hay errores permanentes, cambios de año base y es difícil llegar a la información, y por otro lado uno ve que determinadas decisiones se toman en cuenta si afecta o no la inflación, o sea que hay un auténtico manejo de ese indicador. Se le pregunta a la empresa, ¿Cuál cree Usted que será la inflación en el año?, si el gobierno sabe que no puede pasar del 10%, es obvio que nunca lo pasará. Y en definitiva esta carta por más que se le reste importancia muestra la realidad que vivimos quienes tenemos que trabajar con oficinas públicas permanentemente. Obvio que como en todo, hay gente muy bien, capáz y profesional, pero generalmente se valora poco la atención al público y allí se pone gente inexperiente, los que hacen sus primeras experiencias, cuando tendría que ser todo lo contrario y estropean todo el trabajo talentoso que pueda existir detrás. Es un auténtico COSTO PAÍS, ya que se gasta y se hace mal.
Vean este video y compárenlo con la carta, ¿Quién dice la verdad?, yo no tengo dudas:
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