No es un tema reciente; de estos meses; pero sí es un tema que está instalado en el mundo en los últimos años y que ha provocado una tormenta de normas, que han afectado lo que estábamos acostumbrados; antes se hablaba de evasión y elusión; y esta última se la veía con buenos ojos y como válido, hoy en día están mal las dos. Importa la Sustancia en la generación de Valor. No es un conjunto de normas que les indique a los países que deben subir la carga tributaria; lo explica el entrevistado y pone como ejemplo Irlanda: Si quieres tener impuestos bajos, puedes tenerlos. Con lo que tenemos un problema, es cuando hay baja imposición y se atraen ganancias (de empresas) sin actividades subyacentes.
El nuevo orden tributario global
Es la gran discusión en Europa y en el Grupo de los 20 (G20) que integran Estados Unidos, China, países europeos, Argentina, Brasil y México, entre otros: la localización de ganancias de empresas en países con bajísima tributación.
Lunes, 26 Octubre 2015
«Los grandes contribuyentes, las grandes multinacionales, pueden localizar sus ganancias en jurisdicciones donde no pasa nada (en materia impositiva) y eso está mal. Se necesitó una crisis para que los países se despierten y digan ‘esto no es sostenible, necesitamos cambiarlo’», dijo en diálogo con El País el director del Centro de Política y Administración Tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Pascal Saint-Amans.
Esta operativa de las empresas tiene nombre: BEPS. Es la sigla del término anglosajón Base Erosion and Profit Shifting que es la estrategia de planificación fiscal internacional utilizada por empresas multinacionales para hacer «desaparecer» a efectos fiscales las ganancias, o para desviar las utilidades desde jurisdicciones de alta tributación a baja tributación (mediante sociedades sin actividad, «de papel», en estas últimas). Así logran una reducción sustancial de sus respectivos costos tributarios.
En la OCDE «hemos tratado de estimarlo y hemos llegado a un cálculo de entre 100 y 240 billones de dólares, eso es significativo», aseguró Saint-Amans.
Si bien «algunos esquemas utilizados por las multinacionales son ilegales, la mayoría no lo son. Esto por cuanto en el marco de negocios desarrollados en forma global, la interacción de los distintos sistemas fiscales nacionales e independientes generan huecos que son aprovechados por estas empresas (como por ejemplo: Amazon, Google, Starbucks)», dijo a El País el gerente del Departamento de Impuestos de CPA Ferrere, Fabián Birnbaum.
Según Saint-Amans «hay dos razones centrales para cambiar esto. Una es que (los Estados) necesitan dinero. La segunda es que si no arreglas las reglas, vas a perder las reglas, porque los países tomarán medidas unilaterales, nos moveremos fuera de la cooperación».
«En esa línea es que diseñamos el plan BEPS, con 50 medidas. Tenemos que cambiar la paradoja. Los instrumentos internacionales están en manos de los planificadores de impuestos, es muy fácil, ahora tenemos que cambiarlos a instrumentos en manos de las administraciones tributarias», agregó.
Promoción de inversión.
Ahora, ¿esto significa que los países deben dejar de ofrecer estímulos tributarios para atraer inversiones?
Saint-Amans respondió: «Estamos a favor de que los países atraigan inversión mediante la provisión de un ambiente sólido para las inversiones. Si quieres tener impuestos bajos, puedes tenerlos. Con lo que tenemos un problema, es cuando hay baja imposición y se atraen ganancias (de empresas) sin actividades subyacentes».
«Ese país vacía la base imponible de su socio pero no se crea ningún valor. Eso está mal, no es buena competencia. Pero, si tienes como Irlanda, un impuesto a la renta de 12,5% y tenés actividad real con miles de personas trabajando en tu país, entonces hazlo», agregó.
El profesor de Derecho Financiero y de Tributación Internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Montevideo y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República, Carlos Loaiza Keel, explicó que «hay regímenes que favorecen la localización» de sociedades «aunque no se desarrolle la actividad». Eso «beneficia un desarrollo muy menor del abogado o el contador que te crea la sociedad anónima (SA) y la administra», añadió. Destacó que «con un régimen de zonas francas como tiene Uruguay donde se exigen planes de negocio, cierto porcentaje de empleo uruguayo, estás blindado».
Para Saint-Amans «el set de medidas» de BEPS «está pensado para neutralizar los esquemas que conocemos y los que no conocemos».
Loaiza Keel está de acuerdo con el plan BEPS. Pero, cree que «es tan complejo, que por momentos parece de ciencia ficción». Afirmó que «para los que les conviene va a ser muy fácil implementarlo», pero también «se quiso hacer una base imponible única en la Unión Europea y no se ha podido implementar».
El proyecto BEPS fue respaldado recientemente en Lima en la reunión de ministros de Economía del G20. Según Loaiza, «la presión internacional más la amenaza del intercambio de información tributaria puede reducir la evasión por el cumplimiento voluntario».
Para Birnbaum «si bien la OCDE es el organismo que más ha estudiado los temas tributarios internacionales, es un organismo multilateral compuesto por algunos países desarrollados sin ningún tipo de legitimidad jurídica en nuestro país». Esa crítica fue respondida por Saint-Amans (ver entrevista).
«Una verdadera reforma tributaria internacional es necesaria, pero desde estas latitudes se espera que los incuestionables argumentos de justicia e equidad sean utilizados en su total dimensión», agregó.
http://negocios.elpais.com.uy/noticias/nuevo-orden-tributario-global.html
…
«Uruguay está en el camino correcto»
Desde febrero de 2012 es el director para el Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE. Ingresó en 2007 y jugó un papel clave en el avance de la agenda de transparencia fiscal del organismo.
Lunes, 26 Octubre 2015
—Algunas críticas que ha recibido el proyecto BEPS es que surge de la OCDE que es un organismo que está integrado por 34 países desarrollados.
—Es un asunto global, que es de preocupación de todos los países del mundo, quizás no los paraísos fiscales, pero todo el resto sí. Tenemos que proveer una solución global. El G20 nos mandató a nosotros, que fuimos los que en 2012 le dijimos «deberían mirar esto». Porque les dijimos que se debería trabajar en ello, el G20 nos dijo «por favor, háganlo». Con intercambio de información tributaria, que fue una experiencia dolorosa con Uruguay y ahora está aclarada y tenemos la mejor relación con Uruguay, demostramos que había que trabajar en ello y lo hicimos con todos los países del G20. Así que no es la OCDE, es la OCDE más China, Brasil, Argentina, Sudáfrica, India, Indonesia en igualdad de condiciones. Pero, como este es un gran tema para países en desarrollo, los involucramos en este proceso y más de 100 países fueron consultados. Pero, más aún, tenemos 18 países en desarrollo trabajando en el Comité de Asuntos Fiscales que es donde se toman las decisiones. Este es en particular, el caso de Uruguay, que ha participado y ha trabajado de manera positiva.
—Sobre Uruguay, mencionó que al principio fue doloroso pero ahora está todo más claro. ¿Cómo analiza ese camino que tuvo donde primero fue puesto en una lista gris y ahora ya ha pasado las dos fases de revisión entre pares sobre intercambio de información tributaria?
—Debo decir que lo que ocurrió en 2009 (cuando el país fue incluido en la lista gris de no cooperantes) fue extremadamente desafortunado, porque Uruguay es un país fantástico, uno de los más estables en América Latina y un modelo de democracia y tenían secreto bancario, por las razones que conocemos. Es verdad que en 2009 Uruguay fue tomado un poco por sorpresa, pienso que hubo falta de análisis de lo que estaba pasando y por eso terminaron casi accidentalmente en esa lista. Luego llevó un tiempo para despertarse y entonces las cosas se han hecho. En la relación con los vecinos, hubo dificultades pero ahora están en el camino correcto. El mundo ha cambiado. Cuando Suiza se compromete a intercambiar información en forma automática, ese es un gran cambio y es difícil decir «yo no voy a cambiar». Ahora es fácil, estamos trabajando muy bien con Uruguay, pienso que su legislación ha cambiado y no hay mayores asuntos que hayan quedado pendientes. Pero, en el resto de la política tributaria internacional, Uruguay ha decidido ser un observador participante del Comité de Asuntos Fiscales, que es el cuerpo donde se discute todo este tipo de temas y se deciden. Es una gran movida de Uruguay. Recibimos la información hace unos días. Pablo Ferreri ha jugado un papel clave allí y estamos extremadamente contentos de tener a Uruguay, como una economía inteligente, en desarrollo, que puede estar incluido en nuestro trabajo.
—¿Puede convertirse en miembro y así formar parte de las decisiones?
—Pienso que Uruguay sería más que bienvenido como miembro del Comité de Asuntos Fiscales, absolutamente, y escuché que como miembro de la OCDE, pero eso va más allá de mi capacidad.
—Uruguay se comprometió con el estándar de intercambio de información automática en 2018, ¿qué pasos debe seguir?
—Hay algunos cambios en la legislación doméstica, algunos deberes para la administración tributaria. Es implementación, y ese es un desafío que enfrentan todos los países y trabajamos con todos ellos para poner en marcha un sistema común. Uruguay es realmente parte de ello.
—¿Pero el secreto bancario alcanza con ser más flexibilizado o tiene que desaparecer?
—El secreto bancario para los uruguayos no es nuestro tema. El secreto bancario para no residentes sí, está llegando a su fin, absolutamente. En todos lados. En Suiza, Singapur, Hong-Kong, en todas partes del mundo.
—¿Qué pasa con los países que no se comprometen con estos estándares?
—Es presión de los pares…
—Con Panamá por ejemplo, ¿qué puede pasar?
—Tú lo nombraste. Es presión de pares. Si no te mueves, tus competidores estarán preocupados porque tendrán un campo de juego desnivelado. Los otros países que están perdiendo dinero, están preocupados porque pierden dinero. Si un solo país no se mueve, eso será una gran presión.
—¿Pero hay sanciones?
—La primera sanción empieza cuando tus socios pierden la confianza en vos. Esa es la peor sanción que te puede ocurrir. Es decir, los países no están pensando en enviar al Ejército, pero hay otras dimensiones. Cuando todos piensan que una jurisdicción no hace sus deberes, se vuelve problemática en términos de reputación y en la industria financiera, cuando perdés tu reputación, perdés las buenas inversiones.
El impulsor de las transparencias.
Desde febrero de 2012 es el director para el Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE. Ingresó en 2007 y jugó un papel clave en el avance de la agenda de transparencia fiscal del organismo. En octubre de 2009 fue nombrado jefe de la División del Foro Global de Transparencia Fiscal. Se graduó en la Escuela Nacional de Administración (ENA) en 1996, y además tiene un título del Institut d’études politiques de París.
Previo a la OCDE, ocupó varios cargos en el Ministerio de Finanzas francés. También fue miembro del Grupo de Expertos sobre Cooperación Internacional de la ONU en el ámbito fiscal y director financiero de la Comisión de Regulación de Energía entre 1999 y 2002.
Recientemente Saint-Amans estuvo en Lima para presentar ante ministros de Economía del G20 el plan BEPS y tuvo tiempo de practicar una de sus aficiones: el surf.
http://negocios.elpais.com.uy/noticias/uruguay-camino-correcto.html
…///
Enviado desde mi smartphone Samsung Galaxy.
Me gustaMe gusta