En el post anterior, planteaba el tema de la baja natalidad que hay en Uruguay. En general todas las propuestas son de tipo general, temas abstractos, que uno difícilmente vea el beneficio real por más que se reconozca que unos días más de licencia para el padre está bárbaro, pero hay beneficios que no son reales. Vamos a la práctica, en los primeros años de vida de un bebé, el pañal es básico, y no es sólo el pañal, son las toallitas, las cremas, etc, etc … yo voy a compartir artículos más abajo en que en el año 2014 se decía que en pañales se gastaba más o menos unos US$ 1000 dólares hasta los 2 años y medio, más otro tanto en esos artículos que acompañan a los pañales. ¿Ustedes se imaginan en un hogar de los llamados quincemil pesistas la incidencia de este costo en la vida familiar? Es brutal!, y los pañales y todos esos elementos están gravados a Tasa Básica. Hay otro artículo que dice que el negocio de los pañales es de una facturación anual de 41 millones de dólares, si se gravaran a la tasa mínima, la renuncia que haría el estado por ese beneficio, sería no más de 5 millones de dólares (una nada). Pero vayamos al tema de fondo que quiero tocar …
El tema de los PAÑALES no es algo menor en la vida de una familia que se está formando, recuerdo cuando hacía cuentas y prácticamente el consumo en pañales me llevaba un 25% de lo que yo ganaba, un día le dije a mi Señora que usáramos pañales de tela como nos habíamos criado nosotros … me dijo que ni pensar, que aceptaba siempre que yo lavara y cambiara a nuestro hijo … parece gracioso pero fue real. Tenía razón, pero era muy caro. Hacíamos una combinación de pañales baratos con caros. Y el tema no termina ahí, luego así como se los pusimos, hay que sacárselos.
¿Y cómo se hace?, y uno lee, y lo que nos dicen, y lo que se aconseja, es que sea algo natural, el niño debe tener cierta madurez, etc, etc, todo lo que ya saben, pero todos coinciden, TODOS , o sea libros, artículos, consejos de amigos / amigas, familiares, abuelas, … que es un proceso que tiene sus tiempos en cada personita. Obviamente que hay plazos, pero esos plazos no pueden ser fijos en el sentido de que deba ser hasta los tres años y cuando tenga tres años y un día ya no más pañales. Eso no existe!
Y así como no hay escuela para Padres, uno va aprendiendo con la práctica, muchas veces nos equivocamos, otras hacemos lo que nos dicen que hagamos, otra por imitación, y vamos saliendo del paso. Lo que nunca nos dijeron es que cuando lleváramos a nuestro hijo a la Escuela o a un Colegio, a los tres años ya no puede usar pañales.
Y eso fue lo que nos ocurrió. Primer día de clases, y nos encontramos que teniendo un hijo de tres años, cumplidos el 23 de febrero, o sea 10 días antes del comienzo de clases, está en proceso de dejar los pañales, controlando casi perfectamente la orina pero no la defecación; si bien hace en la pelela cada tanto se hace encima. Entonces lleva una especie de pañal / slip que funciona como un calzoncillo pero no lo es. Ahí se nos dijo que estaba prohibido. ¿Cómo?, sí, un niño de tres años no puede usar pañales porque le afecta en sus emociones, porque le afectará el aprendizaje, porque le afectará sus desplazamientos, porque será distinto al resto, porque las Maestras no pueden estar cambiando pañales, etc, etc … ¿Y cómo hacemos?, porque él no está preparado para quitarle los pañales. ¿Quién dice que está prohibido? … ahhh es un reglamento de primaria.
¿EXISTE REALMENTE ESE REGLAMENTO O RESOLUCIÓN DE PRIMARIA?
Realmente me interesaba leer esa norma, ¿Cómo era posible que existiera una norma que pusiera un plazo fijo al no uso de pañales?, ¿Y cómo se conjugaba la obligatoriedad de enviar nuestros hijos a la Educación Inicial con exigencias que no acompañan algo que hasta el momento nadie nos había dicho que era anormal, sino que estaba dentro de los rangos aceptables. ¿Porqué generarnos una angustia innecesaria a nosotros y al ñiño?.
Lo primero que hicimos fue llamar por teléfono a Primaria, la verdad que siempre nos atendieron muy bien, pensábamos que no lograríamos nada pero en cambio la persona que nos atendió nos dijo que era una Inspectora de Guardia, y que no existía una norma que prohibiera que un niño vaya con pañales.
Averiguamos con Maestras, y se nos dijo que no existía pero que por ejemplo en 4 años, si un ñiño se hace sus necesidades encima, no se lo cambia sino que se llama a los padres. Cosa que nos sorprendió realmente.
Tampoco había ningún reglamento en el Colegio pero sí es una sugerencia de que no se acepten ñiños con pañales.
¿Qué opción nos quedaba?. O aceptar las reglas – y estamos recorriendo ese camino, nos permitieron un par de días a la semana que lleve ese tipo de pañal parecido a un slip – o simplemente retirarlo del sistema.
Y aquí es donde entra a jugar la planificación familiar, los beneficios que pueda tener una pareja para criar un hijo en esta sociedad. Por un lado se reclama (y con razón y lo apoyo) igualdad de género pero por otro prácticamente se condena a las mujeres (porque el nexo de los hijos con la madre por más que uno sea buen padre, no es igualable) a siempre sacrificar horas de trabajo o un trabajo, por cuidar a los hijos. Hoy cada vez es más común, que uno no tiene quién lo cuide, entonces necesitamos de un Colegio, no es por enviar al hijo a una educación privada, sino que los Colegios brindan un servicio que hoy las Escuelas Públicas no lo hacen, como ser la extensión horaria, etc. Entonces si uno quiere trabajar, no tiene más remedio que enviar el hijo a un Colegio, salvo que se tenga la suerte de contar con un familiar que lo tenga en la casa.
¿Desde qué edad es obligatorio la EDUCACIÓN INICIAL?
Ley Nº 18.437 – LEY GENERAL DE EDUCACIÓN
Artículo 7º. (De la obligatoriedad).- Es obligatoria la educación inicial para los niños y niñas de cuatro y cinco años de edad, la educación primaria y la educación media básica y superior. A tales efectos, se asegurará la extensión del tiempo pedagógico y la actividad curricular a los alumnos de educación primaria y media básica.
Los padres, madres, o responsables legales de niños, niñas y adolescentes, tienen la obligación de inscribirlos en un centro de enseñanza y observar su asistencia y aprendizaje.
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Comparto artículos que encontré en la Web sobre los Centros de Educación que no permiten el ingreso con pañales a ñiños mayores de 3 años:
¿Todavía con pañales a los 3 años?
La presión social hace que los pañales en un niño de 3 años sean vistos como un “atraso”. ¿A qué cuestiones generales habría que estar atentos para saber cuándo un niño está preparado para iniciar el proceso de despedida del pañal?
La presión social hace que los pañales en un niño de 3 años sean vistos como un “atraso”. De hecho, sus padres suelen ser “aconsejados” desde varios ámbitos: la familia –en especial las abuelas- y el jardín –que a veces no acepta chicos que no controlen esfínteres a los 3 años- son las fuentes de crítica más habitual.
Ahora, antes de ceder a esta presión y sacarle los pañales sin más, hay que tener claro que el control de esfínteres es, en algún sentido, como aprender a caminar: no se trata sólo de estímulo y buenas intenciones para “enseñarlo”, requiere un grado de maduración biológico que no se da al mismo tiempo en todos los chicos. Si bien lo más habitual es que los niños lo logren entre los 2 y los 3 años, la realidad es que el proceso no se completa hasta los 6 y es importantísimo respetar los tiempos individuales.
Seguramente, con los 3 años cumplidos, el dejar el pañal ya habrá sido un tema en la consulta con el pediatra y es importante escuchar sus consejos, ya que los buenos profesionales saben acompañar la individualidad de cada niño en este proceso y también pueden asesorar a los padres sobre las cuestiones más generales.
¿A qué cuestiones generales habría que estar atentos para saber cuándo un niño está preparado para iniciar elproceso de despedida del pañal?
- El primer paso hacia el control de esfínteres se da cuando el chico anuncia que hizo pis o caca o en el pañal.
- El segundo paso, cuando lo anuncia mientras lo está haciendo.
- El tercer paso es cuando avisa antes de hacer.
Cuando el niño está transitando la segunda etapa, es bueno empezar a llevarlo al baño para que haga pis o caca en su pañal pero en el ambiente que más adelante será el único lugar donde podrá hacerlo. Cuando termina, habrá que preguntarle si quiere que le cambien el pañal.
Cuando se encuentra en la tercera etapa, y al llegar al baño todavía no hizo, se puede ofrecer una pelela o un adaptador de inodoro sin forzar, sin aplaudir el éxito y sin señalar el fracaso.
No hay que despertar a un niño a mitad de la noche para llevarlo al baño y así evitar “que se le escape”, no hay que dejarlo mojado “para que aprenda”, no hay que acostarlo con un plástico por las dudas ni hay que enojarse. También es fundamental no estar todo el tiempo preguntándole al niño si quiere ir al baño, la idea es que él mismo vaya logrando registrar sus sensaciones y pedir lo que necesita, y si esto lleva un tiempo más allá de los 3 años, no hay problema.
Una vez que se decide sacar los pañales, hay que estar atentos a las necesidades del niño: hay chicos que no mojan la cama de noche y otros que necesitan los pañales para dormir durante un tiempo más, otros aceptan hacer pis en la pelela pero quieren que les pongan los pañales para hacer caca, a otros se les “escapa” y nunca hay que retarlos por no haber podido controlar: ya van a lograrlo y la presión no es más que un obstáculo.
Por lo general, este proceso natural del control de esfínteres genera mucha ansiedad en los adultos, por eso los padres deben ser los “guardianes” de las necesidades de sus hijos y no deben permitir que las abuelas, el jardín o quien sea pretendan imponer un hábito que el niño todavía no está en condiciones de sostener.
Si el jardín exige el control, habrá que tener una charla explicando las necesidades particulares del niño que todavía “no responde” a este modelo. Si no hay espacio para este diálogo o comprensión, habrá que poner en duda no la maduración del niño, sino la idoneidad profesional de quienes están planteando semejante exigencia.
http://www.planetamama.com.ar/nota/%C2%BFtodav%C3%AD-con-pa%C3%B1ales-los-3-a%C3%B1os?page=full
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¿Por qué un niño o niña no puede ir con pañal al colegio?
28 JULIO, 2015 MAMÁ DE PEQUEÑITA
¿Cuántas familias se han sentido agobiadas en mayor o menor medida por aquello de “con pañal no se puede ir al colegio”? Este tema me indigna bastante. Uno de los principales motivos por los que no se respeta el control de esfínteres de algunos niños y niñas es porque no pueden ir al colegio con pañal. Con esta norma común en el 90% o más de los coles, nos cargamos de un plumazo el respeto a un proceso madurativo que tiene lugar en momentos diferentes en función del niño y la niña. Si quieres saber más de esto, te lo cuento en Lo que todas las personas deberían saber del control de esfinteres.
En Madrid, como aquello de llamar a las familias era misión imposible porque no llegaban nunca por las distancias y los atascos, se buscó una solución común a muchos centros. Vaya por delante que no me parece ni medio normal la primera y que el post habla de la segunda.
A mí que no he llevado a Pequeñita a Escuela Infantil, no me gusta nada la idea de que le cambie la ropa o un pañal una monitora de comedor que suelen ser quien lo hace en muchos colegios de la Comunidad de Madrid. Lo digo con todos los respetos a las monitoras de comedor. Explico dos motivos fundamentales por los que digo esto (en negrita y subrayado, dos requisitos básicos para mí que debería tener una persona para cambiarle el pañal a mi hija en el colegio):
- Una monitora de comedor puede tener o no (la segunda opción es más habitual) algún tipo deformación en Educación Infantil, puede saber o no la importancia que tiene un cambio de pañales o de ropa en estos momentos, el cambio de pañal y la alimentación tienen un papel fundamental en el desarrollo de los niños y las niñas, si quieres leer más aquí puedes. No olvidéis que la distancia en la que se realiza esto es de carácter íntima, se expone su cuerpo, sus genitales y como se haga esto es fundamental para el desarrollo de la sexualidad, en particular y de la personalidad, en general.
- Puede ser o no una persona de referencia para nuestros hijos o hijas, pueden conocerla, tener confianza con ella o ser una completa desconocida.
Algunas, personas que me leéis, estaréis estupefactas leyendo algunas de las cosas que estoy escribiendo hoy, lo siento pero aunque no le demos la importancia que tiene a esto, la tiene. Y os pediría que os volvieráis a poner en situación, me hago pis encima y una persona desconocida sin formación me tiene que cambiar la ropa o ponerme un pañal. Como adultas puede ser duro pero, como niño o niña de 2, 3 ó 4 años, con miedo a los desconocidos, un miedo que considero inteligente y que puede salvar a nuestros hijos e hijas de no ser víctimas de muchas cosas terribles, ¿creéis que será más fácil?
¿A alguien se le ha ocurrido pensar en lo que supone que a un niño o niña de estas edades asimile que es normal que una persona desconocida le quite la ropa y le toque en lugares tan íntimos? Yo creo que nuestras obligaciones laborales nos han nublado el juicio. Nada tiene que ver que lo haga su educadora o su maestra, son personas de referencia, figuras de apego importantísimas, pero, ¿una monitora de comedor a la que el niño o la niña no ha visto en su vida o que ve de lejos porque atiende la mesa del otro lado del comedor? Incluso aunque esta persona fuera un encanto, una persona con facilidad para tratar con los niños y las niñas, cercana, afable y respetuosa, sería un shock. Ahora si encima es una persona que hace el cambio de ropa sin tener en cuenta cómo se está sintiendo el niño o la niña provocando que este o esta tenga miedo o directamente no quiera que lo cambien y la otra persona fuerce de alguna manera la situación para cumplir con su trabajo…
No puedo concebir que este tipo de cosas pasen, pero ocurren día a día en la Escuela Infantil y en los colegios. Y es sencillamente terrible, por mucho que queramos quitarle importancia porque nuestra conciliación laboral y familiar es un asco y no nos queda más remedio que hacerlo así. En las escuelas hay personas que dan miedo a los niños o que sencillamente les caen mal por el motivo que sean y no quieren que les cambien el pañal (a mí me pasaría lo mismo) pero da igual, se les cambia y punto. Todo esto genera aprendizajes en nuestros niños y niñas, todo lo que les ocurre en esta época lo genera: la importancia de su cuerpo, sus procesos de desarrollo de la identidad, el desarrollo socioafectivo, su desarrollo afectivo-sexual, lo que está bien, lo que está mal, donde están los límites cuando tocamos el cuerpo de otra persona y un largo etcétera.
¿Cuál es el verdadero motivo de que no puedan llevar pañales?
Si el colegio está planteado para niños que ya controlan esfínteres, que es lo que parece a tenor de esta norma, nos encontramos con que en algunos casos no están dirigidos a niños que se presuponen en edad escolar según la normativa. Porque hay niños y niñas que no han madurado sus esfínteres cuando empiezan su primer año de cole. Esto puede ocurrir muy fácilmente cuando hablamos de los que nacieron al final del año, he dicho tantas veces por ahí que mi niña es de diciembre que ella lo usa de presentación: “yo soy de diciembre”, pobre. Pero no necesariamente son estos los perjudicados siempre, hay niños nacidos en otros momentos del año que no maduran sus esfínteres hasta los cuatro años y sufren esta situación igualmente. De esta manera yo llego a la conclusión de que los colegios no están pensados para niños de las edades que acogen.
En mi época íbamos a la escuela con un año más, eso facilitaba bastante las cosas en este tema, aún así, había niños y niñas que aún no estaban preparados. Cuando se amplió la Educación Infantil, se hizo pensando en la conciliación familiar y laboral, no en ellos y ellas. Y en condiciones ideales, se planteó ampliar el tiempo que estos estarían es Escuelas Infantiles, la idea original del Segundo Ciclo no fue estar en los Colegios de Primaria y lo siento, pero esto se nota. Si quieres información sobre esto, aquí hay un montón.
Otro motivo es que no hay personas de apoyo suficientes. Yo sigo sin entender como hacen maestros y maestras para manejarse con ventisiete niños y niñas de dos y tres años en aulas tan pequeñas, es como si diésemos por supuesto que la carrera de Magisterio diese a quien se gradúa súper poderes. Debe ser así porque la mayoría no nos hacemos con un niño o dos, sin formación o con ella. Y además de atender a sus necesidades, muchos son casi bebés, tienen que enseñarles las letras, los números, tener listo el regalo del día del padre, la madre, organizar una función de Navidad… ¿Cómo podrían hacer todo esto y además cambiar pañales? La idea es ir recortando, haciendo aútonomos a los niños y las niñas para que el sistema que hemos montado que tiene muchas deficiencias pueda ser sostenible, en él, las necesidades de los más pequeños no siempre son lo prioritario. No me refiero con esto a las y los profesionales de la educación, si no al Sistema Educativo del que formamos parte muchas de nosotras (personas que leéis), familias, profesores y profesoras, abuelos y abuelas…
Me encantaría como otras veces que reflexionáramos sobre este tema y no diéramos por supuesto que siempre lo que se nos ofrece para nuestros hijos e hijas desde arriba es lo correcto porque somos nosotras (las familias) las responsables de exigir que los recursos sean los ideales para el desarrollo de nuestros pequeños y debemos apoyar a las personas que se dedican a cuidarlos y educarlos pero también formar equipo para reclamar lo que falte y sea necesario, incluyendo que estos profesionales sean los más preparados y preparadas.
Te dejo un enlace a algunos consejos básicos para acompañar el control de esfínteres de manera respetuosa por si pueden servirte de alguna manera.
No puedo parar de pensar en algunas de mis antiguas alumnas que son monitoras de comedor y además educadoras infantiles y en algunos casos, también animadoras socioculturales y que reúnen todas las condiciones para hacer estupendamente este trabajo salvo por el hecho de que pueden ser personas desconocidas para los niños y niñas que tengan que ser cambiados. No quiero ofenderlas, ni a ellas ni a ninguna otra monitora que no tenga esta formación. Ellas forman parte del sistema igual y no siempre trabajan en las mejores condiciones.
¿Qué opinas de todo esto? ¿Nos dejarás tu opinión sobre ello? Seguro que es enriquecedor descubrir otros puntos de vista o compartir si estamos de acuerdo. Y si te gustó no te olvides de compartirlo.
http://lamamadepequenita.com/por-que-un-nino-o-nina-no-puede-ir-con-panal-al-colegio/
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En la escuela me exigen que le quite el pañal
01 Sep 2015 by Andrea
Hoy estoy indignada, vengo indignada . Me ha pasado al leer las opiniones de un grupo de madres en torno a la obligación que imponen algunos colegios de que los niños han de entrar al espacio escolar con ¡3 años! controlando esfínteres.
Los niños aquí en España empiezan educación infantil a los 3 años, aunque no es obligatoria hasta los 6. Cumplen 3 años en el año de la escolarización, es decir hay niños que cumplirán 3 en diciembre e ingresan a la escuela en septiembre. A estos niños la escuela pública y todos los concertados y privados que conozco, incluso las escuelas que funcionan como cooperativas “supuestamente” más respetuosas que he conocido de Madrid exigen a los padres que el niño ha de llegar sin pañales a la escuela.
Las razones serán de peso para la administración y el sistema. Que no hay suficientes maestros, no se pueden pagar más, que ya suficiente tarea tiene un maestro cuidando a 29 (o 15, o 20, o 24) niños.*
Esto que es una enorme injusticia para los pequeños, puede ser evitado. ¿Cómo? Pues no enviando al niño al colegio hasta que controle los esfínteres o buscando un espacio profundamente respetuoso, de esos que SI EXISTEN.
¿Es una decisión difícil? Si, muy difícil, hemos de cambiar la dinámica del hogar, hemos de organizarnos de otra manera, hemos de hacer malabarismos con el dinero…hemos, hemos, hemos. Os diré que no es imposible, muchas, muchísimas familias lo hacemos.
Pero entonces si quitamos el pañal ¿qué nos estamos jugando?
Muchísimo: La maduración normal de un sistema que es fundamental para nuestro hijo. El control de esfínteres es algo que habla de control, los niños sólo pueden controlar dos cosas desde que son pequeños, los alimentos que ingresan a su boca (eso si no les obligamos a comer) y el qué, cómo y dónde han de hacer pis y caca. Por tanto involucrarnos en un proceso tan íntimo es sumamente perturbador y saca a los pequeños del registro de sus ritmos.
¿Qué consecuencias puede traer? Muchas, pero la más importante es la enuresis, es decir que el niño empiece a hacerse pis digamos que en un año, dos o tres, o incluso cuatro. Es más, a los grupos de crianza vienen mamás con niños que NUNCA han llegado a controlar esfínteres, algunos de día, otros de noche. Cuántas historias dolorosas de niños que sufren enormemente cada vez que el pis moja sus piernitas, o cada vez que se levantan por la mañana y descubren que, otra vez, se han hecho pis. ¡Cuánto dolor en nuestros hijos! Sin hablar de las fiestas de pijamas a los 7,8, 9 y más años a las que no han de ir, o las veces que no podrán quedarse a dormir donde sus amiguitos.
El control de esfínteres es un proceso madurativo, se está preparado o no se está preparado; no hace falta que enseñemos, nos involucremos, instruyamos o vayamos observando para saber cuándo sacar el pañal. El niño que está preparado deja de mojar el pañal y un día se lo quita. Pero…¿cuándo? Justamente cuando sus neuronas han hecho las conexiones adecuadas para enviar una señal a sus músculos y ellos puedan percibir y ordenar lo que sucede por allí abajo. Por tanto, un niño habla, gatea, camina y controla esfínteres cuando está preparado, nunca antes. Y lo normal es que espontáneamente sólo sea entre los 3 y 4 años, sin intervención, sin saltitos de alegría, ¡sin qué biennnn pero qué mayor eres! Sólo excepcionalmente un niño menor de 3 controla espontáneamente, lo he visto y lo veo.
Ahora bien, somos los padres quienes hemos de tomar la iniciativa y la decisión de respetar los procesos más importantes en la vida de nuestros hijos. Quizás esta decisión pueda afectar su vida durante muchos años…por tanto no es una decisión a la ligera.
Como siempre desde la consciencia os invito a que reflexionéis y toméis decisiones conociendo las consecuencias. ¿Que no podéis hacer otra cosa en este momento? pues armaros de paciencia y sabed que si los problemas llegan, habréis de enfrentarlos con valentía asumiendo la responsabilidad de haber forzado un proceso en un niño que ha gastado muchísima energía diariamente en controlarse (la energía que tenía disponible para jugar, divertirse, correr, ha sido un esfuerzo tremendo). Por tanto acompañad esos pises nocturnos y esas sábanas mojadas con amor, con respeto y profunda entrega, asumiendo lo que os toca, y sin culparlos a ellos, que no han sido en absoluto responsables.
Y ahora os digo a todos los que pensáis que los niños DEBEN controlar los esfínteres, que esperemos a que seáis viejos, y que cuando os estéis meando nadie os pida que intentéis controlar, que nadie os diga ¡no te lo hagas encima! Seguramente correréis con suerte, seguramente tendréis entendimiento, pobre es viejo/a dirán algunos…pues os pido lo mismo para los niños…POBRES NIÑOS…SON PEQUEÑOS.
Andrea Díaz Alderete
Consciencia Madre
*Esto de por sí ya es alarmante y requiere un post sobre cómo es que los padres pensamos que están nuestros hijos después de compartir jornada con otros 28 compañeros.
http://conscienciamadre.com/en-la-escuela-me-exigen-que-le-quite-el-panal/
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Niños que no están “Preparados para la Escuela”.
por Pediatra Jesús Garrido García | 17 May, 2015 | Blog, WLLD
Suele decirse que un niño cuando pasa a la Escuela Infantil debe Hablar y Controlar la orina y las heces. ¿Qué pasa si se acerca la fecha y aún no lo hace?
En cada país el sistema educativo funciona de forma algo distinta y las fechas que voy a usar para tratar este tema son propias de España, que es el que conozco mejor.
En España hasta los 3 años los niños quedan en Casa o en “Guardería”. A partir de los 3 años empiezan el Ciclo de Educación Infantil y desde los 6 la Educación Primaria.
Se considera gratuita la Escolarización a partir de los 3 años y obligatoria desde los 6.
Controlar Orina y Heces antes de ir al Colegio.
Pero hay un problema. En la Educación infantil no hay “Cuidadores”, hay Maestros. Esto significa que los niños necesitan tener ya un mínimo de capacidades en cuanto a su independencia personal. Concretando, que no deben tener pañal y deben controlar esfínteres. Porque en un aula en la que por debajo de los 3 años hay varios cuidadores en Educación Infantil hay un sólo Maestro y no puede dedicarse a cambiar pañales o ropa si hay escapes.
Habitualmente hablamos de quitar el pañal entre los 2 y los 3 años. Pero depende de cada niño. No todos evolucionan por igual. La realidad es que el primer curso de Educación Primaria los escape son bastante frecuentes. Es una realidad.
Ante eso algunos padres cuando se acerca la fecha se agobian y deciden quitar el pañal “a las bravas”. Lo quitamos y “a ver que pasa”. Pues lo normal, que se escapa. Pero el problema más importante para quitar el pañal no es la orina. Es el estreñimiento. Conseguir que un niño controle la orina es relativamente sencillo. Pero si no logramos que haga caca fuera del pañal puede aparecer un estreñimiento difícil de solucionar. Para hacerlo adecuadamente puedes leer el artículo “Quitar el pañal”
Hablar antes de ir al Colegio
Otro aspecto en el que se puede incidir es el tema del desarrollo del lenguaje. ¿Qué pasa si un niño se escolariza antes de hablar? Pues pasa que es lo que hay. Un niño no va a hablar antes de estar preparado sólo porque nos lo propongamos. En realidad, con 3 años casi todos los niños entienden ya lo que se les dice. Si no es así debería ser valorado, porque no es normal. Puede haber un problema en la audición o en el Desarrollo neurológico. Pero si entiende, aunque no hable casi nada, no os preocupéis. Es muy frecuente aún en esa edad.
Lo habitual es que ya diga algunas palabras con sentido, aunque sean pocas. También debe ser valorado si no dice ninguna palabra con sentido con esta edad.
El planteamiento de muchos es que llegada esta edad no hagas caso al niño si no pide las cosas hablando. Puede servir como incentivo cuando un niño en realidad está ya preparado para hacerlo y le falta sólo un motivo para dar el paso. Pero hay niños que realmente no están preparados. Y hacer esto no les genera más que frustración.
No es complicado diferenciar un caso del otro. Aquél que realmente estaba preparado y sólo necesitaba un aliciente lo acepta con pocas muestras de rechazo. Pero si insistir en que nos pida las cosas hablando hace que nuestro hijo se muestre irritable o triste es que le está generando frustración porque no entiende aún lo que esperamos de él o no está listo para hacerlo. No insistas si es así. No se obtendrá nada y lo único que ocurrirá es que lo pasará mal.
De todos modos y de forma mucho más natural, cuando en el colegio los demás no le entiendan si no habla, acabará desarrollando su expresividad al ritmo que la vaya necesitando. Este es uno de esos “problemas” que se soluciona en la mayoría de los casos sólo sin hacer nada.
Tanto en el caso del lenguaje como del control de esfínteres hay que entender que puede haber una diferencia importante entre los niños que nacen a principio de año y los que lo hacen al final. Puede haber cerca de un año de diferencia. Y en esta edad, un año es un abismo.
http://www.mipediatraonline.com/no-preparado-para-el-colegio/
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Comparto artículos que hablan del costo de los pañales:
Padres modernos que gastan en más soluciones para sus bebés
Más allá de los pañales, las familias se inclinan a comprar y gastar más ante la llegada de un hijo, en busca de productos que resuelvan cada una de sus necesidades en el cuidado del pequeño.
vie jul 18 2014 Diego Ferreira | del diario El País de Uruguay
La llegada de un hijo es la máxima emoción que puede experimentar una pareja. Y, durante nueve meses, los futuros padres abrigarán ilusiones, sueños y tendrán más de una charla para tratar de ponerse de acuerdo en un nombre. Pero además, será tiempo de adaptar su economía a un nuevo presupuesto.
Más allá del gasto en tickets y órdenes para consultar al médico durante el embarazo, los padres se verán inmersos en un universo de productos y consumo que se ha ampliado más allá de lo imaginable.
Las marcas plantean diferentes precios y también «está claro que siempre se puede comprar un cochecito más económico, una cuna más barata y sustituir la silla de comer por el coche, pero si tuviese que definir un presupuesto básico para un cliente tipo, rondaría los $ 20.000 en una primera etapa», estimó Florencia Mezzera, directora de la tienda Había Una Vez.
En esos locales sobresale la venta de ropa, seguida de accesorios que integran el primer ajuar (bodies, peleles, piyamas, porta-enfants) así como gorros, baberos, batitas, escarpines, zapatitos, mantas y toallas, entre otros productos, que van de $ 400 a $ 1.300 aproximadamente.
En ese presupuesto inicial no entran los pañales, que implican un gasto constante cada mes.
Se estima que un bebé usa cinco pañales al día (siete desde su nacimiento hasta el año y medio, cuando bajan a cuatro), con un costo de $ 6 la unidad en promedio, lo que significa un presupuesto de $ 1.000 al mes.
En general, el gasto en pañales durante los dos años y medio que un niño tiende a usarlos, ronda los US$ 1.000, indicó Gustavo Esposto, director de pañaleras Violetas. Precisamente, las pañaleras concentran el 50% de las ventas de la categoría -unos 9 millones de unidades al mes-, apuntaron fuentes del sector.
Desde lo cualitativo, del pañal de tela se pasó a los descartables, pero éstos brindaban una duración menor a la que ofrecen hoy las marcas, ya no solo con versiones que duran hasta 12 horas, sino también más absorbentes, y con calce anatómico.
«Hay varios segmentos del mercado y ellos varían mucho; van desde telas súper suaves y cintas elastizadas que duran 12 horas hasta productos mas básicos que cumplen como un buen pañal de día», detalló Virginia Fynn, jefe del Departamento de Marketing de Ipusa, firma desarrolladora de los pañales Babysec.
Según la ejecutiva, los padres priorizan la capacidad de absorción del pañal y después, «de acuerdo a su disponibilidad de bolsillo, compran lo mejor que le pueden ofrecer a su bebé».
Gustavo Rodríguez, director de la consultora ID Retail, afirmó que en este nicho no hay una diferenciación entre compradores premium y el resto, sino que se trata de un mismo consumidor que gasta según la ocasión: si el pañal es para que el bebé lo use al dormir, durante un viaje largo, mientras aprende a pedir para ir al baño o si es para el día.
En tanto, la otra pata de los productos para la higiene del bebé está integrada por una gama de champús, talcos, cremas, féculas y toallitas húmedas, entre otros. «Una canastita básica (de estos productos) se arregla con $ 1.000, $ 1.200» por mes, calculó Esposto.
En el presupuesto, la experiencia también suma, o en realidad ayuda a restar, pues las embarazadas que ya son madres aprenden a comprar y optimizar el gasto mejor que las primerizas, agregó.
Consumo en alza
Esa diversidad de productos en las góndolas refleja una tendencia de las marcas para bebés hacia la especificidad, apuntó Rodríguez. En resumen, los productos responden a la demanda de los padres de tener opciones y soluciones que cubran todos los aspectos posibles del cuidado diario de un bebé.
«Cada cliente necesita algo distinto basado en sus necesidades. No es lo mismo un cochecito de bebé para pasear los fines de semana, que uno para ir y volver todos los días del maternal y luego llegar a casa y subir dos pisos por escaleras», explicó Mezzera.
No en vano en su tienda el catálogo cuenta con más de 2.000 artículos. «Vimos un nicho desatendido, el de los `padres modernos`, gente con poco tiempo, internautas informados, que comparan precios, y que son exigentes en calidad y servicio a un precio competitivo», remarcó la empresaria.
Las madres también han acompañado esta tendencia hacia la especificidad: se compran o reciben de regalo almohadas especiales, cremas relajantes o anti-estrías, extractores de leche, calienta-mamaderas, o se anotan en clases de pilates prenatal.
«El consumo en este rubro viene en alza en los últimos cinco o 10 años debido a que hoy en día hay muchísimos más productos que antes», subrayó Mezzera. «Hay productos básicos que se necesitan, otros que por su funcionalidad atrae adquirirlos y otros que por su diseño y estética nos gusta comprarlos también. Todo es más lindo, más práctico y más accesible que antes», recalcó.
Esto va de la mano con una nueva forma de celebrar la maternidad. «Ahora vienen muchos clientes a comprar regalitos para los babyshowers», explicó Rosana Novo, encargada de ventas de Pappolino. Las amigas, hermanas y compañeras de trabajo de la madre regalan más que antes, alentadas por estas nuevas instancias. Paralelamente, los futuros padres compran cada vez más y por anticipado, porque «les gusta tener todo», observó Novo.
Clics que pesan
El fenómeno de las compras online en el exterior, básicamente en EE.UU. y China, ha encontrado en los bebés una mina de oro.
«Al menos un 25% de las cargas que traemos es ropa de bebé. Es de los artículos donde hay mas diferencia de precio ente Uruguay y EE.UU.», indicó Fernando Terra, director de la empresa Urubox.
Además, el peso juega a favor, dice: «En una bolsa de la marca Carters de tres kilos, traés unas 30 prendas, que salen US$ 10 cada una o menos porque son cosas chicas y no pesan».
En las tiendas «para bebés» ven a las compras online como una piedra en el zapato porque, en un mercado ya pequeño, les restan ventas, no pagan los impuestos que enfrentan los comerciantes locales y para el comprador existe el problema de que no le es posible probar los talles antes de comprar.
Esposto comentó que hace tres años probó suerte importando ropa para bebé, pero ante las compras online «así como entramos, salimos».
http://www.elpais.com.uy/el-empresario/padres-modernos-que-gastan-mas.html
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«El dólar se está haciendo pesado»
NICOLAS GRILLE – GERENTE GENERAL DE KIMBERLY-CLARK URUGUAY
Lleva cinco años como gerente general de la filial local y se enfrenta a un usuario que exige la misma calidad pero a un precio menor. Además, está atento a la evolución del tipo de cambio
Antonio Larronda | 09 oct 2015
Tiene 40 años. Nació en Montevideo, pero creció en Paysandú, hasta que a los 17 años viajó a la capital a estudiar gerencia de empresas. A los 19 años se fue a Argentina a trabajar en Fargo. Luego ingresó a Kimberly-Clark en Uruguay, donde trabajó dos años, pasó a Unilever y finalmente retornó a Kimberly-Clark, primero en Argentina (cinco años) hasta que volvió a Uruguay como gerente general de la filial local. Ve un mercado que da señales de alerta y a un consumidor que seguirá exigiendo calidad, pero que estudiará mejor los precios. Le preocupa la suba del dólar porque sus productos son importados de Argentina y entiende que no puede «trasladar la doble inflación al público». Está casado, tiene tres hijos, jugó al rugby (ahora dirige) y le gusta la pesca.
Cómo llegó usted a Kimberly-Clark?
Fue hace 13 años, cuando se vendió Fargo, donde yo trabajaba. Me llamaron los directores de la empresa, que habían sido directores comerciales de Fargo Argentina, y a la semana ingresé. Estuve tres años en Uruguay, luego pasé a Unilever por dos años como jefe de ventas de canal moderno, hasta que Kimberly-Clark Argentina me propuso ser jefe de ventas en ese país de dos grandes cuentas (Walmart y Carrefour). Estuve cinco años, llegué a jefe de todas las cuentas de canal moderno. Luego, me ofrecieron retornar a Uruguay como gerente general.
¿Cuáles han sido las claves del crecimiento en Uruguay?
Una es cuando lanzamos Huggies Classic, porque logramos sacar un producto con marca Huggies para un sector de la población que no podía acceder a la marca porque era muy cara. Logramos un muy buen equilibrio entre calidad y precio. Hoy es el líder del mercado. Otro hito de crecimiento fueron los pañales Campeones y Princesas, porque logramos que la gente se pase de pañales de menos calidad a este que es mejor. En el segmento más económico del mercado no tenemos productos, un segmento que decae constantemente. En su momento llegó a ser un 50% del mercado, y ahora representa no más de 18%. Esto se debe a que la tecnología avanzó mucho, hay innovación constante en los productos y lo que antes fabricaban tres máquinas hoy lo hace una sola y le sobra capacidad. Hace que los costos mejoren y se puedan ofrecer mejores productos a precios más bajos. Por ejemplo, el pañal amarillo de Huggies de hoy es el rojo de hace 10 años.
La empresa cumple 20 años en el país, ¿cuál es su situación actual?
Se encuentra bien. Actualmente estamos en un punto bisagra. Venimos de un alto consumo, de la gente con mucha confianza, arrastrando los coletazos de la ola alta. Ahora comienzan a saltar alarmas en el país, inflación, devaluación, lo que comienza a generar preocupación y desconfianza, tanto a empresarios como a consumidores. La devaluación de Brasil impacta en varias zonas del país, y Argentina, con la dualidad de la moneda, nos afecta porque nosotros importamos desde ese país.
Igual, si bien no hay nada para entrar en pánico, estamos alerta.
¿Cómo se prepara la empresa?
Las familias son como microempresas y la misma administración que ellos hacen en su presupuesto lo hacemos las compañías en otra escala. Nosotros ya estamos entrando en planes de buscar mejor eficiencia en todo, que las inversiones rindan mejor y que las decisiones que se tomen sean lo más certeras posibles. Por ejemplo, en épocas de bonanza hay un lema que dice que está bueno que la gente se equivoque, que aprenda, que tome decisiones sin que pongan en riesgo la compañía, y en estos momentos esto se regula más y se hace de otra forma.
¿Qué tanto les afecta la suba del tipo de cambio?
Tenemos dos drivers importantes en nuestros costos: la inflación y la mano de obra, porque en forma directa e indirecta empleamos entre 80 y 100 personas. La depreciación del peso uruguayo frente al dólar nos sube los costos, porque compramos en dólares, importamos de Argentina, y vendemos en pesos, a lo que se suma que le compramos a Argentina al tipo de cambio oficial. Eso genera dos inflaciones: local y la de ese país. El consumidor lo que puede recibir es la parte de la inflación local, pero no le podemos trasladar la otra porque el consumo se destrozaría. Debemos afinar la estrategia, administrar mejor el presupuesto, la inversión en marketing, promociones, etcétera. Estamos llegando al límite de dar un buen producto a un buen precio. Todavía logramos mantener los números, pero hay que ver cómo evoluciona el dólar. Hace cinco meses se hablaba de un dólar a $ 27 a fin de año y ya roza los $ 30. La depreciación del peso es nuestra mayor preocupación, estamos entrando en niveles donde el dólar se nos está haciendo muy pesado.
¿Está en sus planes disminuir las inversiones?
Aún no, ahora estamos en el plano de evaluar cada una de las decisiones, porque el dinero que tenemos tiene que generar los mejores resultados para la marca. Sí estamos fijando estrategias para 2016, productos para un consumidor con el mismo nivel de exigencia pero que busca alternativas de precios. Nuestros cuatro pilares son el consumidor, la innovación, nuestra gente y la responsabilidad social (RSE), y todo bajo la ética. En innovación vamos a trabajar mucho. Un ejemplo son los pañales que lanzamos este año, que concentran el punto de absorción según género del bebé. No puedo mencionarlo, pero vendrán dos conceptos disruptivos más.
Buscan responder a un consumidor más exigente.
Sí, la globalización y la facilidad de viajar hacen al consumidor más exigente. En épocas de «vacas gordas» buscaba calidad y no miraba tanto los precios, pero ahora nos vamos a encontrar con una exigencia mayor en ese último punto. Entonces, la innovación no está solo en la calidad, sino en absorber los costos con mejoras en la eficiencia de producción. Este es un tipo de producto muy dependiente de la tecnología.
¿Evalúan ofrecer también pañales de tela?
En otras regiones se hacen investigaciones, en Uruguay no.
¿Cuál es el principal negocio de la empresa?
Los pañales es un 54% del total del negocio de la empresa. Y, dentro de esta categoría, en valor, el más importante son Campeones y Princesas, que representa un 40% de los ingresos, le sigue Huggies Classic, el que más se vende en el mercado pero que no rinde tanto en dinero. De las ocho categorías en consumo masivo que competimos, cinco las inventamos nosotros: faciales (Kleenex), protección femenina, los pull-up, incontinencia para adultos e incontinencia femenina.
¿Cuál es la participación de Kimberly-Clark en el negocio de pañales en Uruguay?
El negocio total en Uruguay es de unos US$ 41 millones por año, y nosotros representamos cerca de un 40% del total del mercado.
¿En qué zonas de Montevideo venden más?
No tenemos divido nuestro negocio por zonas sino por canales de venta. De todas formas, estamos bien cubiertos en todo Montevideo. Pero este es un negocio muy cambiante, por ejemplo, hace poco que logramos tener presencia en canales tradicionales (almacenes) y ya conseguimos ser líderes. Ese es un lugar donde hay espacio para seguir creciendo. Lo que sí varía es la cantidad y las presentaciones, por ejemplo, las grandes superficies venden paquetes más grandes.
¿Y en el interior del país?
En el Interior es donde hay más oportunidad, en departamentos como Artigas y Rivera donde no tenemos buena cobertura. Sí tenemos en Tacuarembó, Florida, Paysandú, Salto y Colonia. En Artigas y Rivera están sufriendo mucho los vaivenes de las monedas. Pañales es un producto que incide mucho en la canasta familiar, por lo que se mira mucho la ecuación calidad-precio.
Kimberly-Clark se apoya en innovaciones locales. ¿Qué aportes da Uruguay al grupo?
No innovamos en los productos, pero sí en el servicio de nuestros productos papel. Tenemos una fuerza de «promo-vendedores» que desarrollaron la cobertura de venta de ese producto de forma tan exitosa que la marca Scott logró el mejor ratio de crecimiento de ventas de la empresa en volumen, un 25% anual. Es un equipo muy posicionado al interior. Esto se replicó en Chile, donde tenían problemas de distribución.
¿Dónde puede crecer más la compañía a futuro?
En el interior del país. Además, la compañía ha adaptado su portafolio de productos a todos los segmentos de la población, con planes a medida que hacen que si bien no participamos en el segmento más bajo de la economía, podemos ofrecer productos y hacer campañas para captar ese público.
También ofrecen un producto para adultos, ¿cómo es el uruguayo a la hora de consumirlo?
Kimberly-Clark inventó el producto de incontinencia adulta y rompió el tabú al pautar en TV su marca Plenitud. En Uruguay, como todos se conocen, resultaba algo «chocante» comprarlo, pero las marcas evolucionaron: hay ropa interior y los packaging son más amigables. En este rubro, también depende de las zonas; en las más saturadas de personas lo piden por delivery, en otras lo toman de la góndola o se lo compran sus familiares. No tenemos cuantificado el mercado, pero es muy importante porque hay muchas casas de salud. En el presente, es un 20% de nuestro negocio y crece año a año.
Han logrado el premio Great Place to Work, ¿cómo repercute en su negocio?
En que logramos captar mejor y más fácil al talento. Todos quieren trabajar en un mejor ambiente donde se aprende más. Logramos una baja rotación. Este es el tercer pilar de la empresa, la gente, sobre todo el trabajo en equipo y que se sientan respaldados y contentos. No buscamos los más talentosos sino al mejor equipo, con lazos muy fuertes entre personas.
Kimberly-Clark se define como una empresa orientada al desarrollo sustentable, pero produce productos descartables, ¿cómo equilibran ambas cosas?
Tratamos que año a año la compañía sea más saludable. Nos debemos a la sociedad entonces promovemos planes de RSE para escuelas públicas con Unicef, con Naciones Unidas, en Canelones hemos hecho planes para madres embarazadas, les damos herramientas para que se defiendan mejor. En cuanto a medioambiente, consumimos menos agua, menos energía, elegimos productos reciclados o que vengan de bosques sostenibles certificados.
Pañaleras son principal canal de venta, con 27% del total.
¿Cuáles son sus principales canales de venta?
Nuestro principal negocio son las pañaleras, con un 27%, le siguen las grandes cadenas de supermercados con 21%, otro 20% en autoservicios, el segmento tradicional se lleva un 18% y por último en farmacias y perfumerías colocamos otro 14%.
¿Cómo apoyan al desarrollo de las pañaleras?
Hay un equipo de personas expertos en desarrollar negocios en pañaleras que dan capacitación. Se reúnen con los empresarios y se les enseñan los productos, les desarrollan planes de negocios. Es parte de los planes de nuestra empresa que cada uno pueda desarrollar una visión competitiva. Por ejemplo, dependiendo de la zona que esté, es el portofolio que le recomendamos que venda para que sus productos roten. También le indicamos cómo trabajar la visibilidad del producto, el formato del local, le organizamos concursos, entre otras cosas.
¿Hay que tener un mínimo de compra para iniciar un negocio con ustedes?
No, no hay mínimo de volumen. Hay clientes que compran tres paquetes por semana y los atendemos.
APUNTES DE CARRERA.
1994.
A los 19 años ingresó a Fargo. Al incio, en el depósito eran él y cuatro personas en camiones de reparto. Finalmente, la empresa terminó con 70 personas.
2002.
Empezó a trabajar en Kimbery-Clark Uruguay donde permaneció por dos años. Fue un gran desafío al pasar de una empresa familiar a una multinacional.
2007.
Lo designaron responsable de dos grandes cuentas en Kimberly-Clark Argentina: Walmart y Carrefour, luego tuvo a cargo de todo el canal de venta moderno.
2012.
Tras cinco años en Argentina, finalmente le ofrecieron retornar a Uruguay como gerente general de la filial local, puesto que ocupa hasta el presente.
CIFRAS DEL NEGOCIO.
24.
Millones de dólares es la facturación anual de la compañía en Uruguay.
54%.
Del negocio de Kimberly-Clark Uruguay es pañales. Le sigue adultos con 20%, toallitas húmedas 12%, femenino 10% y Family y Child (Goodnites y Little Swimmers) cierran con 2% cada uno.
http://www.elpais.com.uy/el-empresario/dolar-se-haciendo-pesado.html
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Saludos
Cr. Darío Abilleira
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Como siempre, muy grato leer sus análisis académicos en materia tributaria. En esta oportunidad, me encantó el articulo porque refleja una realidad, un abordamiento muy interesante! Saludos Cr.
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Muchas gracias Flavia, no sólo por leerme sino también por animarte a dejar un comentario positivo. Saludos, Darío
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