Dicen que la historia es cíclica. También dicen que aquél que olvida su pasado está condenado a repetirlo. Uno mira el informativo y ve a empresarios muy contentos por la implementación del dólar «Punta», a $ 24. Y escuchamos también a voceros del gobierno diciendo que hay falta de comunicación, que no sabían que los empresarios tenían esa disposición y que además es peligrosa que no sea bien comunicada. Se comparte todo lo dicho. Pero quien tenga memoria, recordará que los empresarios principalmente que viven del Turismo, se quejan permanentemente, que la temporada es mala o puede ser mala, pero después no dicen que fue buena. El punto es que estas medidas que parten de los privados es un mensaje al Poder Ejecutivo que implante o cree un dólar diferencial para distintos tipos de actividades. Esto el Uruguay ya lo vivió, y Argentina lo está viviendo, pero como nos encanta copiar todo; seguramente queremos lo mismo que tiene Argentina, Venezuela, crear mercados negros, diferentes valores al dólar, y ahí sí que las palabras del Presidente de «a llorar al cuartito» se harán realidad, y a ¡no quejarse!. ¿Estos empresarios fueron asesorados?, veamos lo que puede llegar a pasar:
En primer lugar quiero explicar qué busca esta medida, quizás para muchos sea obvio pero para otros venga bien mostrarles el efecto de la medida: Si yo tengo precios fijados en «pesos», y la cotización del dólar baja o está al precio de hoy, unos $ 21.60 pesos por dólar; el precio en dólares para el turista (si baja la cotización, reitero), se encarece (porque disminuye el denominador). Un ejemplo: Supongamos que gastan en el restaurante $ 5000 (cinco mil pesos uruguayos), hoy dividido $ 21.60; nos daría US$ 231.48 dólares. ¿Qué efecto tiene subir el tipo de cambio a $ 24?, que ese mismo almuerzo o cena, al turista le valdrá menos dólares, hagamos la cuenta de $ 5000 dividido $ 24 pesos por dólar, le da: US$ 208.33. Tuvo una rebaja del 10%, en dólares.
Pero ahora imaginemos la situación que se vivirá en esos Restaurantes; ¿La carta estará en pesos o en dólares?, ¿Los pesos estarán inflados o serán los mismos antes de la medida de la suba de la cotización del dólar?, ¿No le suena medio irregular el tema?; el turista va a pagarle con la tarjeta y le dicen: ahhh, disculpe, el precio es otro. Esta promoción es sólo en efectivo. ¿Porqué sólo en efectivo?.
Ahora, Usted que está leyendo este artículo y no tiene idea de nada. ¿Cuál hubiese sido la medida más fácil de implementar y lograr lo mismo? … piense!, no es difícil.
Lo más fácil hubiese sido aplicar una rebaja de precios, es lo que yo hubiese recomendado. ¿Porqué?, porque no me complico con el tema de efectivo o tarjeta, tengo mayor control, no tengo que estar detrás de la caja, muestro transparencia, no cobro de acuerdo a la nacionalidad o al bolsillo dependiendo de la moneda … pero no, fueron por algo oblicuo. ¿Qué logran?, y logran una situación difícil realmente de control, «embarrar la cancha» en términos futbolísticos, complicarla.
Si yo fuese Director de Rentas, ya tendría un inspector cada tres días en esos lugares.
Imaginemos ahora la situación fiscal de esa empresa:
Hipótesis del ejemplo:
– Tipo de Cambio oficial $ 21.60 por dólar – Precios en Pesos Uruguayos – Facturo $ 100.000 mil pesos un día, con Impuestos Incluídos – Todo lo que facturé fue «Contado» y me pagaron en «Efectivo» – Apliqué en todos los casos el Tipo de Cambio «Punta», de $ 24 por dólar – Al cierre de Caja tengo: $ 100.000 / $ 24 = US$ 4167 dólares americanos – Convierto esos dólares al tipo de cambio oficial: US$ 4167 x $ 21.60 = $ 90.007¿Tiene una diferencia de $ 9.993 pesos uruguayos?
En esa facturación, supongamos que fue toda a un Contribuyente de IRAE, y el mismo se lleva la factura, la cual tiene de costo $ 81.967 y un IVA de $ 18.033.
¿Usted cree que el empresario gastronómico va a perder?
No le queda otra, que emitir una Nota Devolución Contado al final del día, porque de lo contrario se va a fundir, o no le cerrarán los números.
¿Y cuál es el problema?, ¿No se puede hacer Descuentos o atenciones?
Claro que sí!!!, se puede. El tema es que seguramente toda esta operativa no se vaya a dar así como lo expuse; van a existir clientes que paguen con tarjeta, clientes que paguen en pesos uruguayos, y por lo tanto este tipo de operación tendrá que ser caso a caso; en efectivo cuando seguro no existirá cambio para devolverle al turista, por lo cual en muy poco tiempo se comenzarán a realizar redondeos, entreverando la situación y seguramente sin facturar. También dudo que se haga el descuento, simplemente dirán que ya el precio está con el dólar a US$ 24 y todo será una gran bolsa en que en lugar de ser una medida buena y risueña e inteligente, los únicos perjudicados serán los propios empresarios.
¿Porqué?, supongamos que le cae un inspector de DGI, ¿Cómo demuestra que no hay una subfacturación?, ¿Cómo demuestra que no hace Notas Devolución Contado al finalizar el día y que la contraparte no se lo lleva y por lo tanto el fisco recaudará menos? (porque en el ejemplo que vimos, si el contribuyente se llevó la factura por los 100 mil pesos y cuando el empresario gastronómico se da cuenta que tiene que hacer la nota de crédito, ya va ser en la noche o al otro día; el mismo deducirá de sus impuestos un monto que no es el que la contra parte termine pagando).
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En resumen, creo que es una medida «infeliz» y es como «jugar con fuego»; si el año que viene el Ejecutivo en lugar de fijarle el dólar a $ 24 pesos, se lo fija en $ 30 pesos, y los controla con facturación electrónica … a «llorar al cuartito».
Saludos, Felices Reyes!
PD: Lo del título. Un «brillo» es una moneda. Hace poco en el pedido de procesamiento del ex ministro de economía, el fiscal argumentó que si él utilizaba ese tipo de delito para gente de bajos recursos (lo había aplicado para policías), no tenía porqué dejar de aplicarlo para «poderosos»; aquí es lo mismo; si a uno le molesta que le vivan pidiendo dinero cuando va caminando, en un semáforo, a la salida de un super, aquí es lo mismo; estas medidas irracionales, en que no se entiende porqué un producto es más barato para un extranjero que para un uruguayo; además de generar consecuencias que las que lo pagarán después es el resto de los ciudadanos; porque tener un mercado en negro de la moneda perjudica justamente al que menos tiene, provoca rechazo más que alegría y verlo como «que todo ayuda» (por eso lo de una monedita, todo sirve) para que la temporada sea la «ideal».
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Restaurantes de Punta del Este acordaron «dólar turístico» a $ 24
La medida fue acordada anoche pese a que varios ya lo realizaban. El objetivo es darle un impulso a la alicaída temporada.
vie ene 3 2014 12:12
La Corporación Gastronómica de Punta del Este resolvió que a partir del 15 de enero aplicará el “dólar turístico” a $ 24 a los clientes.
La medida fue acordada a nivel general anoche aunque hay restaurantes que ya lo habían comenzado a instrumentar el lunes pasado.
La promoción consistirá en tomar los dólares por encima de la cotización de pizarra, para que los turistas se vean beneficiados al pagar los precios que figuran en pesos uruguayos en los menús del departamento.
Lo que no trascendió es la forma en que este mecanismo de cotización del billete estadounidense será empleado con tarjetas de crédito.
La propuesta para extranjeros y uruguayos busca darle un impulso a la temporada y se sumaría a otras propuestas de beneficios a los clientes de los restaurantes de la costa de Maldonado que pagan sus consumos con tarjetas de crédito. Entre los beneficios se encuentra la devolución del IVA sobre servicios turísticos, como el gastronómico abonado con tarjetas de crédito o de débito. A su vez, a los clientes nacionales se les reintegra el 9% por el pago de servicios gastronómicos con dinero plástico.
A estos beneficios se suman las propuestas de los bancos emisores de tarjetas de crédito, tanto nacionales como extranjeros, que benefician a sus clientes con descuentos en restaurantes de hasta 20%.
http://www.elpais.com.uy/vida-actual/restaurantes-punta-este-acordaron-dolar.html#article-comments
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En los 10 años de libre flotación del dólar, la divisa aumentó 25%
Moneda de referencia. Hoy nadie asume la defensa de un sistema cambiario fijo o administrado Si bien el esquema de flotación amortigua las turbulencias desde el exterior, no existe el ideal
FABIÁN TISCORNIA – El País 17/06/2012
El miércoles se cumplen 10 años de flotación del dólar y entre aquel 20 de junio de 2002 y el pasado viernes, la divisa estadounidense subió 25,6%. Hoy ya nadie defiende la idea de fijar el tipo de cambio.
Cuando el 20 de junio de 2002, el entonces ministro de Economía, Alberto Bensión, anunció el fin de la «banda de flotación» y liberó el dólar, pocos podían predecir cuánto duraría el nuevo régimen. El miércoles cumplirá 10 años y nadie en el espectro político piensa en modificarlo.
Este es el mayor lapso desde 1931 -cuando el presidente de la época, Gabriel Terra impuso el control de cambios- en que no hay una indicación explícita de variación (o cotización) del dólar por parte del gobierno.
Los anteriores períodos con el dólar «liberado» fueron entre 1960 y 1963 (aunque existía fuerte intervención del Banco República), entre 1974 y 1978 (cuando se introdujo «la tablita, ver aparte) y entre 1982 y 1990 (año en que se introdujo el sistema de «banda de flotación», ver aparte). Previo al control de cambios entre 1914 y 1931 también la moneda flotaba libremente, aunque siempre con intervenciones del República.
Es por eso que el uruguayo está acostumbrado a ver que el gobierno asegure de alguna manera el valor del dólar.
Desde los $ 17,179 que costaba el dólar interbancario el día previo al anuncio de Bensión hasta el viernes pasado, la moneda estadounidense se valorizó 25,6%, hasta los $ 21,579 en que operó el viernes.
Ahora, ese número esconde diferentes realidades, como que en los 10 años del dólar rigiéndose por el libre juego de la oferta y la demanda tuvo su máximo valor el 10 de septiembre de 2002, cuando alcanzó a $ 32,325, y tocó un mínimo el 4 de julio del año pasado, cuando el interbancario se operó a $ 18,30.
Hoy, con 10 años de flotación cambiaria el uruguayo sigue acostumbrado a tener al dólar como referencia en muchos precios (viviendas, automóviles y hasta electrodomésticos) que se fijan y pactan en dólares. Por ello mira atentamente la pizarra de los cambios cada vez que el dólar baja o sube. ¿Por qué se sigue dando esto? El presidente del Banco Central, Mario Bergara afirmó que «los uruguayos sí nos estamos acostumbrando a ver flotar el dólar», pero persiste «el elemento cultural que obviamente no cambia rápidamente» y que «siempre se razona en términos de que alguien asegure los tipos de cambio» (ver entrevista en página A17).
Para Bensión «a pesar de que en estos países afortunadamente hemos ido caminando hacia una mayor estabilidad de precios, una de las funciones básicas de la moneda, que es que sirva como refugio de valor, está siempre en cuestionamiento».
Agregó que «es el gran debate de hoy en Argentina. La gente no está pendiente de la compra de dólares por la novelería. tienen una desesperada intención de mantener el valor de sus ahorros».
En los últimos 10 años, el valor promedio del dólar fue de $ 23,725.
YA NO SE APLICA. «Hoy el sistema de tipo de cambio fijo que enseñamos en facultad -que es uno de los dos sistemas puros que existen del punto de vista teórico- ya no tiene aplicación en el mundo. Nunca se puede prever qué puede pasar en el futuro, pero creo que ya casi es una reliquia del pasado», dijo Bensión a El País.
«En aquel momento muchos de nosotros todavía teníamos una impresión muy favorable sobre el sistema de convertibilidad que había implantado (en Argentina el ministro de Economía Domingo) Cavallo y de alguna manera `la estabilidad`, que significaba un sistema de tipo de cambio administrado por el Banco Central», afirmó.
Aquello «tenía claramente una atracción que 10 años después con todo lo acontecido en la región y en el mundo ya no la tiene», añadió.
Bergara afirmó a El País que «si alguien planteara algún régimen de rigidez cambiaria para el futuro debería explicar mucha cosa de cómo funcionaría eso ante shocks externos en un mundo incierto y volátil como el que tenemos. La tarea para alguien que quiera impulsar la rigidez cambiaria es muy, muy difícil y cada vez más».
El consenso es que, en una economía pequeña como la uruguaya, el tener flexibilidad en la variación del dólar mejora la capacidad de resistir los embates de la economía internacional. «Es una primera línea de contención que es más eficaz frente a variaciones externas», apuntó Bensión.
Para Bergara «la flotación cambiaria tiene un rol muy importante como elemento amortiguador de shocks externos, lo cual a su vez es fundamental en economías pequeñas como la de Uruguay».
Añadió que «si hubiéramos tenido regímenes de tipo de cambio fijo o de compromisos de paridades cambiarias, difícilmente hubiéramos podido atravesar estos años de volatilidad e incertidumbre mundial con los resultados con los que lo hemos podido hacer».
De todas maneras, Bensión afirmó que «no hay sistema cambiario ideal».
El director académico de Ceres, Ernesto Talvi -economista jefe y director del Departamento de Política Económica del BCU entre 1990 y 1995 cuando se implantó la «banda de flotación»- respondió a El País por qué costaba tanto dejar mover al dólar. «El 90% de las deudas del Estado y de los privados estaban en dólares. Cada vez que el dólar se movía no solo afectaba la competitividad del sector exportador, se afectaba severamente los balances del gobierno, consumidores, empresas y banco», afirmó.
«Entonces había que darle cierta estabilidad al dólar para no golpear los balances, porque de golpe una deuda se podía multiplicar mientras las ventas y sueldos eran en pesos. Si el dólar se iba rápidamente para arriba se le creaban problemas financieros a todo el mundo y la contraparte de esos créditos o deudas de consumidores, empresas y gobierno son los activos de los bancos, entonces se podían crear problemas al sistema bancario», recordó.
LAS CIFRAS 9,2%
Fue la suba del dólar eñ 20 de junio de 2002, cuando Alberto Bensión anunciara el fin de la banda de flotación.
$ 4,40
Más valía el dólar el viernes que los $ 17,179 que costaba el 19 de junio de 2002, día previo al fin de la banda de flotación.
Explicación de Bensión sobre 2002
«Tenía miedo a flotar. Fundamentalmente porque teníamos un sistema bancario muy comprometido por el endeudamiento en dólares del sector privado y, quizás más importante, porque como ministro sabía que la gestión económica estaba muy expuesta a la fragilidad de un gobierno de coalición que integraba el Partido Nacional, algunos de cuyos integrantes nos reclamaban un día sí y otro también una solución al problema del sobreendeudamiento. Y estaba casi seguro en aquel momento que cualquier perturbación más o menos importante en el sistema cambiario nos hubiera creado un problema político de consecuencias económicas mucho más graves que la simple decisión cambiaria», dijo el exministro de Economía, Alberto Bensión a El País.
«Mi angustia de esos días no fue la decisión cambiaria. La decisión cambiaria se había tomado prácticamente un mes antes. Mi preocupación sustantiva y hasta el último día en que fui ministro era el destino del sistema cambiario que estaba sometido a una corrida incesante y creciente y a todos los esfuerzos que intentábamos para tratar de normalizar esa situación y que afortunadamente se pudo lograr pero después que yo dejé el cargo, con la historia que ya es conocida con el préstamo de Estados Unidos», señaló.
«En una reunión en la residencia del presidente (Jorge) Batlle en Suárez, el presidente, yo, el director de Planeamiento y Presupuesto Ariel Davrieux, el presidente del Banco Central César Rodríguez Batlle y el senador Alejandro Atchugarry acordamos la modificación cambiaria de enero de 2002, que consistió, tanto en la duplicación del ancho de la banda de flotación que pasó del 6% al 12%, como en la duplicación del ritmo de deslizamiento del tipo de cambio que pasó de un 15% al 33% anual. Al comienzo de esa reunión, habíamos descartado la aplicación de un régimen de libre flotación porque temíamos que el desorden político y económico de la Argentina de esos días, provocara una flotación también desordenada en nuestro país, agravando los problemas de incertidumbre que ya sabíamos que se avecinaban sobre nuestro mercado». (La crisis del 2002. Mi gestión frente al cataclismo bancario de Alberto Bensión).
«De no haber sido por la crisis bancaria, y sus efectos correspondientes sobre el nivel de reservas del Banco Central y la necesidad de un acuerdo con el FMI, quizá pudimos haber mantenido la política cambiaria definida en enero de 2002. De hecho, con un ancho de banda de flotación del 12% estábamos en la frontera entre un sistema de fijación y otro de flotación cambiaria. En ausencia de otras perturbaciones, la evolución de la relación de precios con Argentina habría determinado el golpe de timón en una u otra dirección» (ibídem).
De «la tablita» a la «banda de flotación» y a la liberación
El país conoció varios regímenes de fijación del valor del dólar en los últimos 100 años (en 1956 llegaron a haber 11 tipos de cambio diferentes). Los más recientes que desembocaron en crisis fueron «la tablita» del dólar y la «banda de flotación».
La «tablita» rigió entre el 17 de octubre de 1978 y el 25 de noviembre de 1982. El principal impulsor de la iniciativa fue Valentín Arismendi, ministro de Economía y Finanzas de la dictadura, junto al entonces presidente del Banco Central, José Gil Díaz.
El BCU anunciaba al público cuáles serían los precios a los que compraría o vendería dólares en los meses siguientes (día por día).
El criterio era disminuir gradualmente el ritmo de devaluación mientras se ofrecía un horizonte previsible a los agentes económicos, habituados a un tipo de cambio volátil y a elevados índices de inflación. La suba de precios disminuyó su ritmo hasta que en 1981 Argentina y Chile -que aplicaban un régimen similar- devaluaron su moneda y Uruguay quedó en una posición de «atraso cambiario». Para sostener el precio del dólar, el gobierno comenzó a utilizar las reservas internacionales a un ritmo cada vez mayor y el jueves 25 de noviembre de 1982 anunció un feriado bancario y el retiro del Banco Central del mercado cambiario. El dólar, que cotizaba a 13,8 nuevos pesos ese jueves, pasó a a costar entre 18 y 20 nuevos pesos el lunes 29.
La «banda de flotación» se instauró en 1990 -bajo el gobierno de Luis Alberto Lacalle- para combatir una inflación que ese año alcanzó a 129%. El gobierno fijaba un «piso» al que compraba dólares y un «techo» al que vendía esos dólares. Era una devaluación controlada: la banda fijaba el porcentaje de separación entre piso y techo y a su vez el ritmo de aumento del precio del dólar.
En marzo de 1993 se le quitaron tres ceros a la moneda y el «nuevo peso» (N$), creado en 1975 tras quitársele también tres ceros, dio paso de nuevo al «peso uruguayo».
El sistema se abandonó el 20 de junio de 2002 en medio de la crisis.
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Cavallo recomendó ir hacia “una convertibilidad no rígida”
El ex ministro de Economía dijo también que la Argentina se parece a la de los años 80 porque atraviesa “un proceso inflacionario muy complejo de dominar y está aislada del mundo”.
por CRONISTA.COM 06.01.14
El ex ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, recomendó hoy al Gobierno ir hacia “una convertibilidad no rígida” para que el peso pueda recuperar su valor ante la devaluación que viene sufriendo.
Cavallo opinó que la Argentina retorna hacia “el país de los 80” que como organización económica y monetaria derivó en un “desorden mayúsculo que se transformó en orden con la convertibilidad” que él ideó y llevó a cabo.
El ex funcionario menemista se expresó de esa manera en una entrevista que concedió al diario Río Negro y en la que dijo sentirse “orgulloso por haber sido protagonista de un proceso que modernizó la organización económica del país, pero frustrado porque ahora retrocedemos”.
Sin un ápice de culpa por la destrucción de la industria nacional y las privatizaciones de los años 90, Cavallo reconoció que no ignora que hoy “una gran parte de la sociedad” piensa que su gestión en economía dejó “un saldo negativo”.
Y sostuvo que la convertibilidad, que puso al peso argentino al mismo precio que el dólar desde 1992, tuvo el respaldo “de todo el peronismo, gran parte del radicalismo y del resto del sistema político más gravitante”.
Además, Cavallo indicó que la Argentina actual se parece a la de los años 80 porque atraviesa “un proceso inflacionario muy complejo de dominar y está aislada del mundo”, y como tres décadas “no hay ninguna política destinada a modernizar el aparato de Estado”.
En ese sentido, dijo que la actualidad es responsabilidad de ‘los Kirchner‘ pero apuntó también contra Eduardo Duhalde porque “él comenzó el abandono de políticas destinadas a la estabilidad” financiera y económica.
“Cuando dijo que todos los contratos firmados en dólares se transformaban en pesos y se produjo una devaluación de la magnitud de la que se produjo, se destruyó toda la base contractual de la economía…”, afirmó el economista.
Cavallo afirmó que si pudiera volver a ser ministro de Economía, crearía “un régimen monetario de convertibilidad no rígida”, porque “sin moneda no hay país”.
“La convertibilidad le dio a la gente la libertad de elegir en qué moneda tener sus ahorros sin desvalorizar. Hoy, en el marco de inflación creciente y creciente que azota al país, a la gente le quema la desvalorización permanente. Entonces se fuga al consumo o a otras monedas”, evaluó el exministro menemista.
No obstante, remarcó que si volviera con la convertibilidad no sería con un tipo de cambio fijo porque “la sociedad no lo creería. Nada de uno a uno. Tendría que ser con tipo de cambio flotante”.
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«Dólar gastronómico» en Punta: ya hay 36 restoranes adheridos
LOS URUGUAYOS SALVARON LA PRIMERA QUINCENA DE INMOBILIARIAS
Mientras en pizarras de las casas cambiarias se vendía el dólar a $ 21,20, desde ayer, en 36 restoranes de Maldonado, comenzó a cotizarse la divisa estadounidense a $ 24, siempre que el cliente abone en efectivo.
Marcelo Gallardo – El País 16/01/2014
Treinta y seis restaurantes de Maldonado comenzaron a instrumentar ayer el «dólar gastronómico» a $ 24, con muy buena aceptación de los clientes, indicó Leandro Quiroga, titular de la Corporación Gastronómica de Punta del Este. El empresario agregó que la propuesta, vigente hasta el 5 de marzo de 2014, cayó muy bien incluso fuera de fronteras, tanto en Argentina como en Brasil, y en otros países de la región.
Los establecimientos adheridos colocaron calcomanías bien visibles en las puertas de acceso y en los escaparates de los locales, informando de la propuesta.
«El recibimiento fue muy positivo, en todos los ámbitos, sobre todo para el propio cliente que tiene dólares en la mano. Es una forma de estimular el consumo en efectivo. No tenemos ni queremos saber nada con negocios cambiarios. De hecho, nos hicimos con abundante cambio de valores menores en dólares, para dar el vuelto con la misma moneda que se nos paga. No queremos que haya ninguna especulación por la medida, que ha sido muy cuidada al instrumentarla. Lo único que queremos es que sea algo positivo para todo el mundo», enfatizó Quiroga.
No bien se anunció la medida de los comerciantes, hace una semana, la ministra de Turismo, Liliam Kechichian, indicó que el beneficio puede ser un atractivo, pero que debería haberse puesto más cuidado al tiempo de tomar la decisión, ya que «puede generar molestias» entre los clientes debido a que el beneficio es concedido solo en algunos comercios.
Kechichian aseguró que su Ministerio no fue informado de la medida.
«Lamento que si había una parte del sector privado dispuesto a hacer este sacrificio, hubiera sido bueno poder promocionarlo de otra manera. Nos enteramos muy tarde de esto, y eso nos molesta».
Según Quiroga, la única queja que recibieron provino del Ministerio de Economía, «porque puede parecer, desde el punto de vista comunicacional, que se tratara de un dólar paralelo. Pero nosotros nos hemos encargado de decir que no tiene nada que ver con eso. Es una forma de atender a nuestros clientes que no quieren pagar con tarjeta de crédito. La devolución del IVA, más las promociones, solo las consiguen los clientes con las tarjetas», concluyó Quiroga.
Entre los 36 establecimientos que se adhirieron a la propuesta del «dólar gastronómico» hay algunos de los más conocidos del balneario, como Lo de Tere, Guappa, Isidora, Los Caracoles, Miró, Moby Dick, Virazón Medio y Medio, Boca Chica y View Point.
También Mitto y Negroni, en Manantiales; Almacén El Palmar, Lucy y Popeye, en José Ignacio.
Algunos otros restaurantes fuera de Punta del Este también se apuntaron a la propuesta, como Lo de Ruben, Taberna Patxi y Sumo, en la capital fernandina, y Lo de Juan y Cristina, en el puerto de Piriápolis.
TURISTAS NATIVOS.
Entre tanto, el titular de la Asociación de Inmobiliarias del balneario, Andrés Jafif, hizo un balance de la primera quincena y señaló que «los uruguayos salvaron la temporada de alquileres».
Ahora se espera que en esta segunda quincena de enero se mantenga el flujo de los turistas que arriban desde distintas partes de todo el país.
«Estoy sorprendido por el uruguayo que vino y alquiló mejor, tanto en el sector formal como en el informal. La temporada de alquileres está siendo salvada por el turista uruguayo. Y eso no está pasando solo en el tema de los alquileres, sino también en otros rubros de la actividad local como el comercial y el gastronómico. Ahora el uruguayo sale más a cenar. Está gastando. Por lo menos sale y ayuda a varios sectores».
Jafif comentó que los uruguayos, muchos de ellos provenientes no solo de Montevideo sino también de Fray Bentos, Salto y Paysandú, no solo se han convertido en los protagonistas de la temporada de alquileres de Punta del Este, sino de la propia costa atlántica argentina.
«Hay uruguayos en la costa vecina. Esto deja en claro que en este verano el turista uruguayo salió a vacacionar», expresó Jafif.
El titular de la gremial inmobiliaria aseguró que en Punta del Este actualmente se puede conseguir apartamentos de dos dormitorios, con servicio de mucama, por 2.500 dólares la quincena.
«No tengo información de si van a venir o no los argentinos. Si sé que tanto Mar del Plata como los restantes balnearios de la costa atlántica argentina caso de Pinamar, Ostende, Villa Gesell y otros, están muy llenos. Quizás esto motive a que muchos argentinos opten por venir a Punta del Este. Mar del Plata está inundada de gente», concluyó Jafif.
RESERVAS ON LINE.
El sistema global de contrataciones de servicios hoteleros http://www.booking. com indicaba ayer que, para el período del 15 al 19 de enero, había un 49% de reservas en 79 de los 157 establecimientos hoteleros ubicados en un entorno de 10 kilómetros alrededor de Punta del Este.
La reserva era para dos personas, con base doble en habitación de todo tipo de categorías de hoteles.
http://www.elpais.com.uy/vida-actual/dolar-gastronomico-punta-ya-hay.html
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Dólar en Punta a $28 para captar argentinos
El ministerio de Turismo apoya la medida pero criticó que si estaba decidida se debió comunicar antes para potenciarla con la publicidad oficial
El Observador – 03.02.2014
Desde el gobierno se ve con buenos ojos que un grupo de comerciantes gastronómicos de Punta del Este cotice el dólar a $ 28 como forma de alentar la llegada de turistas, sobre todo argentinos cuyo peso fue devaluado lo que le encareció su presupuesto al decidirse por veranear en Uruguay.
El subsecretario de Turismo, Antonio Carámbula, dijo ayer a El Observador que ese dólar, como en su momento lo fue el Peso Piria en Piriápolis, “es bien visto” desde el Ministerio teniendo en cuenta que si bien la sociedad hace un gran esfuerzo en lo fiscal con exoneraciones impositivas, también se requiere del apoyo del sector privado.
De todos modos, Carámbula criticó que si la decisión de contar con un dólar a $ 24 primero y ahora a $ 28 ya estaba decidida de antes por algunos empresarios, se debió haber comunicado para potenciarla en las promociones que lanza esa cartera.
Carámbula dijo además que se decidió adelantar y aumentar la publicidad en Brasil y en Uruguay pensada para alentar la llegada de turistas por Carnaval. Para el subsecretario la temporada transita “dentro de lo previsible” y en pocos días se conocerán los números de enero.
Ahora se espera para febrero la llegada de chilenos que es cuando toman sus vacaciones y también más turismo interno, dijo el jerarca.
En tanto, desde la Cámara Inmobiliaria de Maldonado, su presidente Juan Bistiancic comentó que en este comienzo de febrero “hay menos gente” que en otros años.
De todos modos, con la baja de los precios de los alquileres, de entre 30% y 40% en relación a enero, se tiene la esperanza de que lleguen más argentinos, que por los costos no pudieron venir en el primer mes del año. También la esperanza está en los uruguayos.
Bistiancic comentó a El Observador que los extranjeros se quejan en Maldonado de los costos del consumo diario, comparado con otros destinos turísticos o con sus países de origen.
La tónica de la temporada también se reflejó ayer en los peajes del Este.
Al finalizar enero, el movimiento era casi como el de un fin de semana normal.
Rubén Fernández, vocero de Policía Caminera informó ayer a El Observador que el mayor movimiento en el peaje de la ruta interbalnearia sobre el arroyo Pando, se verificó entre las 18 y las 19 horas cuando pasaron 2.200 vehículos.
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Etiquetado: a Llorar al Cuartito, Dólar Gastronómico, Dólar Punta
Comparto en general el artículo, pues impositivamente no tengo conocimientos. Soy suficientemente «grande» para acordarme del «contralor de cambios» y las sobre y subfacturaciones de las épocas de tipos de cambio multiples, pre reforma de Azzini. Bastaria que en Punta del Este y otros lugares cobraran precios razonables
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Gracias por manifestar tu opinión. Uno cuando estudia estos temas, creo que no es que los de antes hayan cometido errores sino que con los conocimientos que habían, iban resolviendo; y lo lógico es que se vaya avanzando. Se comprobó que tener tipos de cambio diferenciales era más perjudicial que tener uno sólo; luego también se vivió lo de la tablita, lo de tener un dólar dentro de un rango y creo que hoy estamos en una política económica que ha ido aprendiendo de la experiencia y seguramente sigan surgiendo alternativas. Lo que está mal es que un grupo de empresarios generen una tendencia que lejos de ser el camino correcto, justamente tomaron para el otro lado. Ahora, hace un ratito, escuchaba en radio Espectador; que entrevistaban al dueño de una casa de decoración de José Ignacio, que vende unos almohadones con la cara de Mujica (tipo esas caras del Ché), que solamente fueron 7 artículos que se crearon, que cuesta cada uno $ 1500, y el periodista le pregunta cómo viene la temporada; y el dueño le responde que «viene espectacular»; ¿es espectacular para unos y para otros no?, puede ser sí, pero no pueden existir múltiples tipos de cambio porque no es serio. Lo curioso es que el Gobierno sólo haya salido a decir que lamenta la poca comunicación (que es cierto), pero tendría que salir a prohibirlo porque esa es su principal función: regular o estar en donde hay vacíos; más allá de que soy partidario de la libertad y que el mercado se regula (aclaro porque siempre existirán otras opiniones, y me refería a regular principios básicos y macros). Saludos, Darío
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