¿Auditoras sin salvedades?
El sector extrema sus controles de calidad y pide mayores poderes a Bruselas
La sociedad les exige respuestas y transparencia
El bien más valioso de una firma de auditoría es el silencio. Si entran en cualquiera de las oficinas repartidas por medio mundo de una big four(Deloitte, KPMG, Ernst & Young y PwC), lo sentirán. En verano apenas se nota el aire acondicionado, y en invierno, como mucho, un rumor de zapatos. En los pasillos, las conversaciones suenan amortiguadas. Los clientes saben que también compran discreción. Es un andar de puntillas que se transmite incluso a esta pieza. De las 10 voces que recogen estas líneas, solo la mitad han querido identificarse.