Uno lee esta noticia y no se puede creer que haya sucedido, hay que leerla otra vez. Me pregunto: ¿De qué sirve nombrar una Madrina famosa de una Fundación?, supongo que es porque ayuda a difundir una obra, que la gente en general sepa que existe; sensibilizarla, bajarla a la realidad y que además pueda colaborar. De ese punto de vista me parece perfecto. Pero, ¿Qué sucede si la Madrina decide que ella es más importante que la Fundación?; quizás pueda pensarse que realmente toda una organización y los directivos tienen que estar detrás de la Madrina/Padrino un día para que esté a solas y rendirle homenaje. Pero esto es de ida y vuelta, seguro que a esa persona famosa también le sirve asociar su imágen a obras de beneficiencia, dan una buena imágen.
Si no fuese así como digo, ¿Porqué no nombrar una Madrina de la Fundación que sea proveniente de las que trabajan todos los días?, ¿Porqué no conocemos los nombres de los Directivos?; porque no vende, porque nadie los conoce.
Yo pienso que estas cosas tienen que cambiar, que estas Fundaciones tienen que cambiar su forma de actuar; lo primero es actuar con transparencia total, explicar sus inversiones, sus gastos, sus ingresos, publicar sus balances; cambiar su relación con la sociedad en general, que sólo se acuerdan de ella para solicitarle dinero una vez por año, cuando hablamos de que la unión hace la fuerza, todas estas ONG y Fundaciones no pueden subsistir separadamente, se tendrían que unir para lograr una mayor visualización, mejores precios en sus compras, tener mejores edificios, y mejorar las campañas de recaudación, y terminar con esta gente famosa que lo único que tienen de distinto al resto es que han tenido la suerte o trabajar en medios que son multiplicadores de imágen pero eso no los hace mejor que los demás sino una/uno más.
Esta opinión no tiene nada en contra de la Fundación ni de la Artista, sino que es un aporte a la reflexión.
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La madrina pasó una tarde en privado con sus ahijados
Peluffo Giguens. El evento era abierto pero ella lo cambió
El País 10/10/2011
Aunque la Fundación Peluffo Giguens envió invitaciones para la visita de N. O. al hogar La Campana, la madrina quiso «proteger» a los niños y no permitió el ingreso de extraños.
Medios de prensa y algunos seguidores esperaban, bajo lluvia, la llegada de N. O. al hogar La Campana, de la Fundación Peluffo Giguens, en la tarde de ayer, donde la madrina compartiría la merienda con los niños.
«Invitamos a quienes quieran acompañar este momento de confraternización entre los chicos y N.», rezaba la invitación oficial enviada por la fundación, y que motivó que algunos fanáticos y medios de televisión y radio se acercaran al lugar para ver el encuentro.
O. llegó sobre las 15.45 al hogar y no pudo ocultar su sorpresa ante la presencia de cámaras y flashes. «Menos mal que era algo tranquilo», dijo al pasar, e ingresó.
Una vez adentro, la actriz y cantante se acercó a los responsables y les dijo: «No me dijeron que era con prensa, yo pensé que era algo privado entre los niños y yo».
Un tanto sorprendidos, los representantes del hogar le respondieron que ellos no imaginaban que ella quería estar sola con los chicos y que, de hecho, habían enviado un comunicado de prensa a todos los medios invitándolos al evento.
Firme en su postura, O. dijo que no le parecía correcto exponer a los niños y agregó que su comportamiento no iba a ser el mismo ante personas extrañas. «Yo vine a pasar la tarde tranquila con ellos y no me parece correcto tanta exposición», reiteró.
Puertas afuera, O. accedió a hablar brevemente con El País. Allí explicó que su visita, entre otras cosas, «estaba pendiente», dijo. «Estuve trabajando en Colombia y no pude estar presente en el último evento de la Peluffo, y si bien hemos tenido comunicaciones, tenía ganas de venir y compartir un rato con los chiquilines, ya que es una manera de ver su evolución, darles fuerza y charlar un poco», indicó.
La recientemente nombrada embajadora de Unicef para la zona del Río de la Plata dijo que «lo que se da y se recibe es muy importante, ya que yo los puedo motivar y acompañar, y teniéndolos cerca sigo su evolución. Me pasa que vengo un año y los veo así, peladitos, y verlos al año siguiente con su pelo es una gran satisfacción», afirmó. «Es emocionante».
Sin perder la simpatía, O. bromeó con su embarazo «estoy de seis meses aunque siento que estoy de 12», dijo, lo que llevó a los curiosos a preguntarle si espera mellizos.
Merlín, el nombre de su futuro hijo, tampoco estuvo ausente en los pocos minutos de charla. «Por ahora ese es el nombre. Lo eligió el papá, pero hasta que no nazca y le vea la carita no sé», expresó.
Lectura con niños en el MAPI
Por la mañana, N. O., que llegó a Uruguay por motivos profesionales y aprovechó para realizar acciones de beneficencia, realizó una lectura para niños en «Cuentos que cuentan», un ciclo de lecturas que promueve el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI), desde abril de este año, que pretende difundir leyendas y tradiciones de los pueblos originarios de América.
El ciclo de lecturas para niños utiliza textos representativos de las culturas, costumbres y tradiciones de los pueblos originarios, y los libros son leídos por artistas, comunicadores y personalidades de la cultura uruguaya. Se realiza los segundos y cuartos sábados de cada mes.
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