«Reglas de juego no son estáticas»
El subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) dijo en entrevista con El País que el Impuesto a la Concentración de los Inmuebles Rurales intenta desalentar la concentración y que el precio de la tierra baje. Señaló que «es impensable» que sea un cambio en las reglas de juego cuando el más pequeño de los productores gravados va a pagar «el 1,6 por mil» del valor de la tierra. De todas maneras, afirmó que las reglas de juego «no son un concepto estático» y «sería ridículo no reaccionar ante un cambio de contexto». A su juicio, el mayor papel protagónico de la OPP en temas económicos no es un «avasallamiento» a la posición de Economía.
FABIÁN TISCORNIA – El País 26/08/2011
-¿Qué objetivos se buscan con el Impuesto a la Concentración de los Inmuebles Rurales (ICIR)?
-El primero, captar algo de la valorización que tuvo la tierra en los últimos 10 años y el segundo tratar de desalentar la concentración de la misma. La tierra es el activo que más se ha valorizado se ha multiplicado en términos constantes por siete en los últimos 10 años. Parte de esa valorización tiene poco que ver con el esfuerzo del productor, se valoriza por la infraestructura pública, por la seguridad jurídica del país. No es lo mismo una hectárea de Índice Coneat 100 en Uruguay, que en Paraguay o que en Haití. La tierra absorbe la calidad institucional del país. Corresponde que parte de esa valorización vuelva a la sociedad, que la tierra por ser de oferta fija se apropió y eso es lo que el impuesto pretende captar. En cuanto a desalentar la concentración de la tierra, no estamos diciendo que se vaya a conseguir, que el precio de la tierra pueda bajar. Si Brasil sigue atado a China, China sigue bien, nosotros seguimos atados a Brasil, quizás el precio de la tierra suba porque la expectativa del precio de las commodities sigue en alza. Es un intento de desalentar la concentración de la tierra vía la caída de su precio. Eso permitiría que alguien más tenga acceso, por ejemplo el Instituto de Colonización.
-Uno de los cuestionamientos al ICIR de la oposición y también del Frente Amplio, es que provoque que se concentre aún más la tierra, ¿cómo asegura que eso no ocurra?
-Si eso pasase, tendríamos un gran lío político porque la Asociación Rural sería la primera que nos apoyaría porque son los grandes productores y son los beneficiarios si pasa eso y tendríamos una gran revelación técnica que sería el primer impuesto progresivo que concentra. Sin el ICIR se ha concentrado. Hace 10 años el 40% de los productores más pequeños tenían el 3% de la tierra hoy tienen el 2% de la tierra. La tierra está mucho más concentrada que el ingreso. El 10% más rico de la población tiene el 30% del ingreso, pero el 10% de los mayores propietarios tiene el 64% de la tierra. No estamos diciendo que vamos a frenar la concentración, intentamos desalentarla.
-Si eso no ocurre, ¿ven necesario a futuro evaluar un tope a la tenencia de tierra?
-No está pensado hoy. Hay que ver cómo reacciona la concentración al impuesto, pero no hay tabúes sobre discutir medidas alternativas.
-Puede ser un mecanismo válido a estudiar entonces.
-Que muchos países usan.
– El economista Ernesto Talvi dijo en entrevista con El País que en los países desarrollados no se usa este impuesto porque se lo ve como una forma de expropiación y que puede asustar los inversores.
-El impuesto sí se usa en los países desarrollados. Los impuestos recurrentes sobre la propiedad inmueble tienen un alto peso en la recaudación de los países desarrollados. En EE.UU. es impensable que se quiten porque financian gran parte de la educación pública. Con lo cual no entiendo el sesgo expropiatorio que pueda tener. Se ha hablado muchísimo del posible susto a los inversores, del posible rompimiento de las reglas de juego y estamos convencidos que por ahí no va la historia. El poco peso relativo del impuesto hace impensable que pueda suponer un cambio en las reglas de juego. El más pequeño de los productores gravados tiene en tierra US$ 10 millones (2.000 hectáreas Coneat 100, eso vale unos US$ 5.000 la hectárea) y va a pagar US$ 16.000 al año. Es un 1,6 por mil, es impensable que eso sea un cambio en las reglas de juego. En segundo lugar, las reglas de juego no son un concepto estático, sería ridículo no reaccionar cuando hay un cambio en el contexto. Por ejemplo, no hacer nada ante una crisis internacional es absurdo. Y también a veces hay que romper reglas para que todo vaya mejor. Esto no es ni inédito, ni dramático. ¿Por qué se habla de esto ahora y no hubo comentarios del mismo tono cuando en el primer gobierno democrático (tras la dictadura) el (entonces) ministro (de Economía, Ricardo) Zerbino multiplicó por cinco el aforo catastral y llevó la recaudación del Impuesto al Patrimonio del agro a 2 puntos del PIB? Hay sí una regla sagrada que el Frente Amplio (FA) en el gobierno no puede romper y es el compromiso con su electorado. El problema de la concentración de la tierra está en el programa del FA desde el mismo nacimiento, y ha recorrido toda su historia.
-A la hora que se vote el proyecto en el Parlamento, ¿no temen que se pueda repetir lo de la anulación de la ley de Caducidad donde un legislador oficialista no la votó y no salió?
-Hay una cosa que a mí como frenteamplista me tranquiliza mucho y es que tengo la absoluta convicción que todos los frenteamplistas del gobierno y legisladores no están defendiendo al 2,5% de productores que van a ser alcanzados por este impuesto. Así como tengo la absoluta convicción de que la derecha, cuando critica el impuesto, sí está defendiendo a este 2,5% de productores más ricos que en promedio tienen cada uno US$ 20 millones. En la izquierda ha habido diferencias en cuanto a la oportunidad del impuesto, en cuanto a considerar que había instrumentos mejores, pero en ningún momento hubo un cuestionamiento a que la concentración es un problema y merece su atención.
-El Ministerio de Economía era más reacio a este impuesto, que se haya elaborado ¿es un triunfo de la OPP?
– No. La OPP tiene la función de asesorar al presidente de la República. En ese sentido, hace dos cosas: toma la iniciativa para hacer ciertas sugerencias al presidente o es intérprete de las sugerencias del presidente. Esta fue una idea fuerza del presidente y la OPP fue intérprete y defensora de esa idea.
-Se ha instalado la idea de dos equipos económicos: uno formado por la OPP y Pedro Buonomo cercano al presidente José Mujica y por otro lado el Ministerio de Economía, ¿cómo lo ven ustedes?
– No hablaría de dos equipos económicos alternativos. Lo que hablaría al respecto es que en América Latina algunas cosas han cambiado. Esta racha de crecimiento de los países ha redefinido un poco los roles de los ministerios de Economía y los de Planificación. La planificación, en la medida que estábamos encerrados en el dilema de cerrar las cuentas fiscales, había pasado a no existir. Con el auge económico, la macroeconomía sana, hay un resurgimiento en toda América Latina de los ministerios de Planificación, en este caso de la OPP. No puede ser visto el mayor papel protagónico de la OPP en este período respecto al anterior como un avasallamiento de las posiciones que tiene Economía, sino que es ocupar el lugar que la coyuntura le exige.
-Hay quienes dicen lo contrario, que Economía es avasallante ¿ustedes lo ven así?
– El Ministerio de Economía también ocupó lugares que no existían. Es un ministerio responsable y capaz, y quizás tomó lugares que no le correspondían ante la ausencia de actores. Pero no me gustaría hablar de avasallamiento. Lo que sí es sano es esta nueva redefinición de roles donde cada uno tiene el suyo. OPP en particular tiene que ser intérprete de las inquietudes del presidente y tiene que hacerle sugerencias, y la impronta económica es la del presidente.
-No es de Economía.
-Obviamente que es un actor central, pero la impronta económica la da el presidente de la República.
«El criterio será el que rompe paga»
-¿No se podría haber capturado la valorización de la tierra gravando adicionalmente las ventas en vez de poner un impuesto progresivo?
-Eso se hace con la segunda parte del proyecto de ley que implica un aumento de la tasa para las ventas de tierras adquiridas antes de 2007, y es lógico que así sea, porque hoy las ventas de tierras hechas por personas físicas están gravadas al 12% que es la misma tasa que grava a los rendimientos de capital (como intereses por depósitos) que en la reforma de 2007 tuvieron una tasa baja porque son móviles. El capital financiero se va, lo opuesto a la tierra que es totalmente inmóvil. Es lógico que tenga (la venta de tierras) una tasa diferencial y eso se consigue con la segunda parte del proyecto. Ahora, por qué no es suficiente. En primer lugar porque no hay certeza de que ese aumento que tuvo la tierra se capte. Si la tierra cae de precio en el momento que se va a vender, el propietario se benefició de esa valorización pero como luego cayó el precio el Estado no lo capta. Podrás decir que si no la vendió, no realizó la ganancia. Pero hay lo que se llama un efecto riqueza, ¿quién accede con más facilidad a un crédito? ¿Alguien que tiene un campo altamente valorado o un pequeño productor con un pequeño campo? Aunque no realice la ganancia se beneficia de la misma por ejemplo con efecto riqueza que permite un acceso al crédito en mejores condiciones.
-Esto va a financiar caminería. ¿Qué pasará con las rutas?
-La caminería rural que va a financiar el fideicomiso de US$ 500 millones (a crearse y al cual se le repagarán US$ 60 millones al año) con la recaudación del ICIR es la caminería profunda. No tiene nada que ver con el financiamiento de la infraestructura nacional, en el que comenzaremos a trabajar y va por un camino distinto. Acá el componente es redistributivo, ya que no solamente quien paga el impuesto se beneficia de la reparación de la caminería, los que tienen menos de 2.000 hectáreas Coneat 100 son ganadores. Pero en las rutas nacionales el criterio va a ser «el que rompe paga» o sea que está devolviendo lo que rompió. Se está comenzando recién el diseño. Hay que analizarlo, pero cualquiera sea el mecanismo que se elija tiene que estar garantizado que termine pagando el productor. Y será un juego de suma 0, porque de alguna manera estará devolviendo la inversión que rompió.
Perfil
Nombre: Jerónimo Roca
Nació en: Tacuarembó
Hincha de: Peñarol
EXPERIENCIA en TRIBUTOS
Economista por la UdelaR, con un master en Análisis Económico y Economía Financiera del Departamento de Economía Cuantitativa de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid (España) y candidato a doctor en Economía Pública por esa misma universidad. Integró la comisión que elaboró la reforma tributaria en 2007 y fue uno de los coautores del IRPF. Fue consultor del BID, la Cepal y otros organismos en temas tributarios. Desde marzo de este año es subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
http://www.elpais.com.uy/110826/pnacio-589151/nacional/-reglas-de-juego-no-son-estaticas-/
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Está perfecto y hasta compartible el concepto de que sería ridículo no reaccionar ante un cambio de contexto y que las reglas de juego no son estáticas, pero toda la explicación que se hace de porqué este impuesto radica del alto valor que ha adquirido la tierra y lo hacen con estudios de 10 a 20 años. Entonces cuando hace 2 años asumió el Presidente Mujica, ¿Ya no se sabía de esta realidad?, y cuando el propio entrevistado intervino en la redacción de la Reforma Tributaria, ¿No se conocía esta realidad?. Eso es lo que llama la atención y lo que molesta que se trate a la población como si este tema se dió en estos meses y por eso se reacciona con la creación de un impuesto y además cuando el mismo está destinado a un fin especial como es la Caminería Rural que ya existe un Fondo para la misma.
Por otra parte el prestigioso profesional deja entrever la verdadera razón de este impuesto, ya que nadie creerá que esos 1200 productores que hoy poseen la tercera parte de la tierra de la Nación, vayan a dejar de tenerla por un impuesto de 60 mil dólares al año (hablo de 5 mil hectáreas por 12 dólares). Y la verdadera razón que hay detrás es la que está en la respuesta a la primer pregunta. Allí dice que el valor de la tierra que se multiplicó por 7 en los últimos 10 años, no fue por un esfuerzo del productor, sino porque la tierra absorbe la infraestructura pública y la seguridad jurídica del País. Por lo tanto la tierra se apropia de ese mayor valor (una suerte de plusvalía) y esa apropiación que hace la debe devolver por medio de impuestos.
No es para nada aceptable ese razonamiento, si hay algo que no ha evolucionado en los últimos años es la infraestructura pública, seguimos con una terminal portuaria privada, seguimos dependiendo de las mismas fuentes de recursos eléctricos, las rutas se han deteriorado enormemente y la seguridad jurídica por cierto no es algo que haya avanzado. Tampoco es aceptable que sólo algunas tierras son las que se apropian de ese valor y las demás no lo hagan, para ser coherente tendrían que gravar al 100% del territorio.
Tampoco se entiende porqué si se habla mal del impuesto significa ser de derecha y además de que se defiende a gente que tiene en su patrimonio 20 millones de dólares (como lo dice en la entrevista). Uno cuando defiende o trata de realizar razonamientos es porque somos libres de pensamiento, porque así nos enseñaron a razonar, a entender y lo que se nos explica no es coherente por más que venga de personas con antecedentes curriculares realmente envidiables pero no por eso podemos permitir que lo que se diga no pueda decirse nada en contra. Es cierto que el tema de la concentración de la tierra es algo que siempre estuvo en las banderas de la izquierda pero lo que uno no entiende es que no lo hayan mencionado en la reforma tributaria (con todos los votos para hacerlo) y que no se haya dicho explícitamente esta idea de poner este impuesto antes y que ahora se quiera justificar que es un impuesto contra la Concentración o para que el Instituto de Colonización pueda tener tierras o para arreglar la caminería rural.
Lo del Efecto Riqueza, cuando se compara el acceso al crédito de un campo altamente valorado con respecto a un pequeño productor; en primer lugar la comparación debe ser homogénea, ambos tendrán un campo valorado, el que era pequeño seguirá siendo pequeño en cuanto a extensión pero en cuanto a valor tendrá también más oportunidades, y por otro lado está la política crediticia de facilitar el crédito a aquél que lo necesita y que hoy en día es una utopía. Con todo lo que solicitan prácticamente es como si no lo necesitara quien realmente dependería de un crédito para crecer.
¿Qué es el efecto riqueza?
Cuando el valor de un activo financiero o inmueble sube de precio se genera lo que se denomina “efecto riqueza”. El dueño de esas acciones, bonos o propiedades que se valorizan pasa a tener la percepción de que ha incrementado su patrimonio. Se trata de una contabilidad virtual, pues sólo se concreta esa mejora al momento de realizar la operación de compraventa de ese bien. O sea, cuando se apropia de esa ganancia de capital. En ese estado, el bienestar crece, se deciden inversiones, se accede a créditos y se dispone de una mayor vocación de consumo porque existe respaldo en un activo con cotización en alza. En general, el efecto riqueza es impulsado por políticas públicas en contextos económicos que colaboran para generar ese escenario amigable para el capital. Existen casos de bonanzas generadas por factores exógenos, como el descubrimiento de importantes yacimientos de petróleo o de minas de oro. En la mayoría de los casos es la propia política económica que impulsa la valorización de activos.
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